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Los aranceles del 25% impuestos a las importaciones de automóviles en Estados Unidos aumentarán los precios y provocarán menores ventas, estimó Fitch Ratings.
De acuerdo con la agencia, el aumento de los precios de los automóviles agravará el debilitamiento de la confianza del consumidor, presionando las ventas.
“Fitch estima actualmente que las ventas de vehículos ligeros en EU serán de 16 millones de unidades para 2025, unas 300 mil menos que nuestra estimación de principios de año, lo que refleja el aumento de los precios de los vehículos y las tasas de interés más altas a largo plazo. La demanda podría aumentar ligeramente a medida que los compradores potenciales intenten anticipar los ajustes de precios, pero es probable que las ventas se moderen en el segundo semestre de 2025”, detalló.
En un análisis sobre el impacto de la medida arancelaria del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump contra el sector automotriz, Fitch recordó que actualmente, las importaciones que realiza representan aproximadamente la mitad del mercado estadounidense de vehículos ligeros por volumen. Así, México es el mayor proveedor extranjero, seguido de Corea del Sur, Japón, Canadá y Alemania.
En tanto, dijo que la mayoría de las importaciones de México y Canadá, aunque no todas, cumplen con las disposiciones del tratado comercial T-MEC.
La firma explicó que los aranceles sobre automóviles se aplicarán a las importaciones de todos los países. Así, el último anuncio arancelario permite a los fabricantes de vehículos que cumplen con el T-MEC certificar el contenido estadounidense, y los aranceles se aplican sólo al contenido no estadounidense.
En tanto, los aranceles sobre las autopartes que cumplen con el T-MEC no se aplicarán hasta que se establezca un proceso para identificar el contenido de origen estadounidense en dichos insumos.

Aranceles automotrices, con distintos impactos por marcas, prevé Fitch
Fitch Ratings detalló que el anuncio es cada vez más negativo para los fabricantes de automóviles que venden automóviles fabricados en Japón, Corea y Alemania al mercado estadounidense.
Así, para Volkswagen los aranceles afectarán al segmento de lujo de mayor margen (incluido Porsche), lo que debilitará aún más el flujo de caja y reducirá el margen de calificación.
En tanto, el mercado estadounidense representa una cuarta parte de las ventas globales tanto para Toyota como para Hyundai (incluido Kia), pero alrededor del 60% de las ventas de Hyundai en Estados Unidos se realizan en Corea y están sujetas a los nuevos aranceles del 25%, en comparación con solo el 23% de las ventas de Toyota en Japón.
“Para otros fabricantes de automóviles con una gran presencia de fabricación en Estados Unidos, Canadá y México, la exención inicial proporciona cierto alivio temporal, aunque es probable que la situación siga evolucionando, con posibles aumentos de costos. Tanto Stellantis como Nissan tienen perspectivas de calificación negativas y están relativamente expuestos a los aranceles en México y Canadá”, dijo.
Fitch previó que los fabricantes de automóviles aumenten los precios de forma generalizada, aunque los aranceles afectarán a cada marca y modelo de forma diferente.
“Algunos fabricantes podrían tener dificultades para aumentar los precios lo suficiente como para cubrir los aranceles del 25% y tendrán que realizar ajustes drásticos en sus planes de producción y ventas”, dijo.

La firma añadió que los aranceles podrían desviar parte de la demanda de vehículos importados hacia los fabricados en EU, beneficiando a emisores como Ford. Sin embargo, muchos vehículos fabricados en su territorio como las camionetas pickup y los SUV de tamaño completo, no compiten directamente con los importados, que son principalmente automóviles, SUV de menor tamaño y modelos de lujo.
“El impacto de los aranceles sobre las autopartes es menos transparente debido a la complejidad de la cadena de suministro. Más allá del aumento de costos, existe cierto riesgo de que la transición provoque retrasos en las piezas o interrupciones en la cadena de suministro que afecten a la industria automotriz estadounidense, similar a lo ocurrido en 2021-2022. Sin embargo, esto se ve mitigado temporalmente por el retraso en la aplicación de aranceles sobre las autopartes que cumplen con el T-MEC”, explicó.
Fitch añadió que a corto plazo, fabricantes de automóviles como General Motors tienen cierto margen para ajustar la producción y minimizar el impacto arancelario.
“Las inversiones significativas en la industria automotriz y de autopartes estadounidense requerirían mayor claridad política y la expectativa de que los aranceles se mantengan durante el horizonte de inversión”, dijo.
desa/mgm