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En México hay un universo de viviendas, empresas y oficinas de gobierno que no están respaldadas con una póliza de seguro y están expuestas a severos daños en caso de presentarse una emergencia como los sismos de 1985 y de 2017, alertaron especialistas en seguros y administración de riesgos.
Desde la perspectiva de prevención, los sismos no solo representan un riesgo material sino una amenaza directa a la estabilidad financiera de las empresas y de las familias, afirmó Alicia Martínez Delgado, Subdirectora de Autos, Daños y Fianzas de Eikos, consultoría especializada en seguros y administración de riesgos.
Afirmó que “un seguro empresarial es parte de la cultura de prevención. No se trata únicamente de proteger edificios o maquinaria, sino de garantizar que, después de un sismo, la compañía pueda seguir operando, pagar salarios y mantener la confianza de clientes, trabajadores y proveedores. En un país altamente expuesto, la prevención es la única estrategia responsable”.
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3 de cada 4 viviendas en México no están aseguradas
Para la consultora, el problema es que la mayoría sigue sin protegerse, pues según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tres de cada cuatro viviendas en México no están aseguradas, mientras que en el sector empresarial la situación tampoco es alentadora.
Solo la industria manufacturera alcanza un 21% de cobertura contra sismos, seguida por oficinas públicas y privadas, con 15%, gobierno y organismos internacionales, 11% y comercio al por menor, 7%, apunta.
“Esto significa que una enorme cantidad de negocios y familias continúan vulnerables y en riesgo de perderlo todo ante un evento de esta naturaleza. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en el caso de las empresas, tras el sismo de 2017, las aseguradoras destinaron más de 32 mil millones de pesos en indemnizaciones, un recordatorio de lo costoso que resulta enfrentar un desastre sin estar preparado”, alertó la empresa.

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En México, los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017 no solo dejaron cicatrices en la memoria colectiva por la pérdida de vidas humanas, también cambiaron la historia de miles de familias y negocios que vieron desaparecer su patrimonio en cuestión de minutos.
“Estos desastres naturales no se pueden evitar, pero sí es posible reducir su impacto económico si las empresas cuentan con un seguro que las respalde frente a sismos, huracanes o inundaciones”, señaló.
La consultora destaca la importancia de contar con un seguro empresarial que brinde coberturas clave, como la protección contra daños materiales en instalaciones, maquinaria, inventarios y mobiliario; la responsabilidad civil por afectaciones a terceros; y la compensación por interrupción de actividades, lo que permite cubrir gastos fijos como nómina o renta.
Asimismo, resguarda activos estratégicos frente a robos, incendios o fenómenos naturales. En regiones de alto riesgo, estas pólizas suelen incluir protección específica contra huracanes, inundaciones y terremotos, coberturas indispensables para empresas ubicadas en estados como Ciudad de México, Oaxaca, Guerrero, Puebla o Baja California.
sg/mcc
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