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El Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) espera que este año el consumo y los precios de la res, cerdo, pollo, ovinos y caprinos se mantengan en el mismo nivel de 2023.
“En materia de inseguridad tenemos muchos problemas. Robo de vehículos, camiones, extorsiones en áreas productivas, asaltos a negocios, no les digo nada nuevo”, manifestó ayer el presidente del consejo, Ernesto Hermosillo.
Además, hizo ver, las empresas tienen que lidiar con “los costos de fertilizantes e insumos agropecuarios, incentivos fiscales, situaciones de inseguridad en el campo, financiamiento a actividades productivas, insumos cárnicos, procesos, formulaciones, inocuidad, tecnología, talento, energía, sustentabilidad, fletes… Sumemosle cambio climático, la sequía y las enfermedades de los animales”.
“Lo que ya traemos de precios al consumidor ya llegó y ahí está”, señaló el líder de Comecarne.
Desde su punto de vista, los programas para contener la inflación que lanzó el gobierno federal ayudaron a mantener los precios.
Además, “el tipo de cambio ha estado contenido y eso nos ayuda, pero una subida en el tipo de cambio nos tiene que pegar y queremos ver la forma de generar financiamiento”.
Hermosillo también destacó la necesidad de que la energía sea más barata para volver a presionar los precios de la carne hacia abajo, pues, con las condiciones actuales, se pueden mantener, aunque “si mañana hay una situación geopolítica o una importante fluctuación en el tipo de cambio, nos va a afectar”.
Otros factores que pueden impulsar los precios son el aumento de los salarios mínimos, sin embargo, “es un tema de balance y participación de mercado y estabilidad de las empresas, tenemos que echar mano de herramientas de productividad, en seguros, camiones, tecnología, para no subir precios”, porque la gente dejará de comprar la proteína.
“El mercado es el que dicta y hoy en día no podríamos mantener un crecimiento con incremento de precios. Tenemos que mantener que ya no suban más, si suben ya no nos van a comprar”.
El presidente de Comecarne dio a conocer que el consumo de cárnicos llegó a 10 millones 317 mil toneladas el año pasado, lo que significó un incremento de 4.9%, mientras que la producción aumentó 2.4% y sumó 8 millones de toneladas, y las importaciones crecieron 8.4% para alcanzar las 2 millones 816 mil toneladas.