Su crítica ahora se dirigía siempre hacia arriba. Criticaban la corrupción de los gobernantes o sus excesos. Nunca al modelo neoliberal y a sus promesas rotas.

Si es verdad que la presidenta Claudia Sheinbaum paga a hostigadores para increpar a un periodista mexicano, es muy grave, y como comunidad profesional los periodistas tendríamos que reclamárselo.

Esta es la encrucijada en la que Morena se ha metido: por hacer ganar su logo guinda, ha permitido que cualquier vándalo se enmascare de guinda y se apropie del poder para usarlo sin el ideario de Morena.