Me gustó la novela La isla de la mujer dormida, de Arturo Pérez-Reverte, donde deja claro que es hombre de tierra, mar y sus alrededores. Lectura para disfrutar, lo mismo El caballo dorado, de Sergio Ramírez

Todos los personajes van quedando en el camino de la vida, menos la princesa María Aleksándrovna, que incluso sobrevive al caballo dorado, un hermoso corcel que llamaba la atención hasta de los escépticos.

Es inevitable. Sentirán cada atmósfera narrada como un desprendimiento absurdo de lo que llaman normalidad. Recordarán a dos grandes maestros de la literatura latinoamericana y eso está bien