Hasta ahora no les alcanzan los votos y tampoco serían respaldados por la mayoría de los magistrados electorales, quienes tendrán la palabra el 28 de agosto.

Hasta donde se recuerde, no ha habido tanto afán de AMLO por despedirse. Y más en el mundillo de la política donde las emociones son poco transparentes. El que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse.