Chiapas es víctima de la violencia entre los cárteles. Y aunque Palenque está vigilado por el Ejército y la Guardia Nacional, las visitas han descendido.

Varios marcan a mi celular, pero no hay respuesta. “¿Recuerda el número de la unidad?”, me pregunta uno de ellos. “¡Sí, es el 80!” Y me apura: “¡Súbase, ese taxi es del sitio Santo Domingo, la llevo...”