En la evolución de los vehículos eléctricos, pocos modelos tienen la relevancia histórica de la Toyota RAV4 EV, una propuesta adelantada a su tiempo que sentó las bases para la electrificación moderna dentro del segmento SUV. Aunque ya no se produce, su legado sigue siendo clave en la transición hacia una movilidad más limpia y sustentable.

Adelantado a su época

La primera generación de la RAV4 EV debutó en 1997 como una respuesta al mandato de vehículos de cero emisiones en California. Basada en la RAV4 convencional de gasolina, esta versión eléctrica contaba con un paquete de baterías de níquel-metal hidruro y una autonomía aproximada de 153 km por carga. Aunque solo se fabricaron unas 1,500 unidades, muchas de ellas siguen en funcionamiento, lo que demuestra su durabilidad.

Foto: Toyota
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La segunda generación, lanzada en 2012 en colaboración con Tesla Motors, representó un salto tecnológico notable. Con un tren motriz eléctrico desarrollado por Tesla, la RAV4 EV ofrecía una autonomía de hasta 166 km y un desempeño más dinámico, todo con cero emisiones. Su diseño se basaba en la RAV4 de tercera generación con algunos cambios, como la parrilla tapada, fascias específicas o la eliminación de la llanta de refacción en la tapa de la cajuela.

En cuanto al equipamiento, ofrecía tecnología avanzada para su época: pantalla táctil, conectividad, cámara de reversa y sistemas de asistencia al conductor, lo que la posicionaba como una SUV eléctrica interesante dentro del mercado estadounidense.

Foto: Toyota
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Un experimento interesante

La RAV4 EV nunca tuvo una producción masiva ni fue vendida globalmente. Su disponibilidad se limitó principalmente a California, como parte de las regulaciones medioambientales del estado. Sin embargo, su impacto fue mucho mayor: sirvió como campo de pruebas para Toyota en términos de electrificación y fortaleció su experiencia en baterías, gestión térmica y software de propulsión eléctrica.

Foto: Toyota
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Rumbo a un futuro eléctrico

Aunque Toyota ha sido históricamente reconocida por sus híbridos, como el Prius, el legado de la ha influido directamente en su estrategia actual. Hoy, la marca acelera su transición hacia una gama 100% eléctrica bajo la submarca bZ (beyond Zero), con modelos como el bZ4X, que se presentan como sucesores naturales de aquella pionera SUV eléctrica.

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Un parteaguas

La no solo fue uno de los primeros SUV totalmente eléctricos disponibles en el mercado, también representó un experimento clave para el desarrollo de tecnologías limpias. Aunque su vida comercial fue corta, su influencia perdura en los vehículos eléctricos que hoy comienzan a dominar las calles del mundo. Un modelo que, sin duda, supo adelantarse a su tiempo.

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