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Aceptémoslo. Por mucho que nos duela a los amantes de la velocidad, los autos deportivos se están extinguiendo.
Sí, podrán decirnos que se está migrando a una era electrificada en la que podremos disfrutar de las mismas emociones sin una sola emisión contaminante, pero la realidad es que una de las cosas que hacen mágicas a los deportivos es la emoción de sentir el vibrar del motor de combustión.
Con esto en mente, y antes de que sea demasiado tarde, juntamos en pista a ocho de los mejores deportivos que hoy se pueden comprar en México, con un total de 3,700 caballos de fuerza y más de 15 millones de pesos reunidos en Centro Dinámico Pegaso.
No es una comparativa y, mucho menos, un duelo por ver quién da la vuelta más rápida. Este especial es, simplemente, una celebración organizada por el equipo de Autopistas para disfrutar, mientras podamos, este tipo de autos.
Alfa Romeo Giulia QV: la belleza de la ingeniería italiana
Dicen por ahí que la belleza radica en el interior. En el caso del Alfa Romeo Giulia QV, la belleza está aún más allá del interior: sus entrañas.
Puede que suene a algo raro, pero cuando tienes bajo el cofre un motor V6 de origen Ferrari (aunque la marca lo niegue), turbocargadores en el interior de la “V” del motor para mejor respuesta y un cardán de fibra de carbono, sabemos que las cosas van realmente en serio con este auto.
Sí, es el único auto del especial con más de dos puertas, pero no dejes que eso te engañe.
La aceleración, los primeros metros, es progresiva. Sin embargo, una vez que comienza a generar presión el turbo, es mejor que te agarres fuerte al volante de lo contundente que se siente.
La dirección es, básicamente, telepática pues el coche va realmente hacia donde quieres, mejorando así su desempeño en la pista, con un tiempo de 44.2 segundos en su vuelta más rápida.
Una cosa que notamos durante las vueltas rápidas en pista fue un notable sobreviraje a pesar de que no se le puede desactivar el control de tracción (punto negativo en un auto 100 por ciento deportivo). Atribuimos esto a que el ejemplar prestado por Alfa Romeo México ya tenía los neumáticos un poco gastados, pero no nos quejamos porque, al final del día, nos permitió jugar un poco.
Su precio es de 2.1 millones de pesos, pero vale cada centavo. Claro, siempre y cuando no te importe un interior algo desactualizado, principalmente en el tema de infoentretenimiento, pues el sistema es confuso y viejo.
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BMW M2 Coupé: un ADN deportivo innegable
Mucho se ha hablado del nuevo M2, especialmente del diseño controversial. Sin embargo, bastan solo un par de minutos sobre este auto para entender que lo que menos le importa es ser “una cara bonita” pues lo tiene todo para ser una máquina casi perfecta en los circuitos.
Manufacturado en México, diseñado por un Mexicano (José Casas) y con una fuerte responsabilidad dentro del catálogo de la marca, el M2 es el más pequeño de la casa deportiva alemana, pero no por eso es el menos capaz.
Al contrario, el brioso motor de seis cilindros en línea con 460 caballos de fuerza demuestra que, cuando se trata de ir rápidamente, habrá pocos autos que se le pongan al tú por tú.
Este ejemplar tenía la transmisión automática, y nos hubiera gustado ponerlo a prueba con la transmisión manual por ser uno de los últimos M en ofrecer esa configuración. Tristemente, en México solamente se vende con caja automática, aunque de buen desempeño, con 44.6 segundos en su vuelta más rápida.
Durante las vueltas rápidas, nos dimos cuenta de que el BMW tiene un excelente régimen de torque en casi todas las RPM del motor. Hace falta con presionar levemente el acelerador para sentir que el motor está listo para entregar la potencia.
El M2 de nueva generación podrá estar en boca de todos, por buenas o malas razones, pero quedó demostrado que es un auto pensado para dar lo máximo de sí en las pistas sin descuidar esa habitabilidad y practicidad que te da un Serie 2. Su precio arranca en los 1.7 millones de pesos, sin ningún opcional seleccionado.
Mazda MX-5: un samurái sin miedo a la batalla
Sabemos lo que estás pensando y, sí, es el auto con menos potencia del especial. Incluso podrías cuestionar el porqué está en la lista, pero la realidad es que no hay auto que siga mejor las reglas de los autos deportivos como el famoso “Miata”.
Los cánones dictan poco peso, mucha agilidad, tracción trasera y transmisión manual para ser considerado un deportivo de sangre pura, y son elementos que cumple a la perfección el MX-5.
Su motor de 2.0 litros atmosférico genera la bondadosa cantidad de 181 caballos de fuerza, y se empareja a una transmisión manual de seis velocidades, lo que da como resultado un sinfin de sonrisas al ponerse al volante de este pequeño roadster.
Como podrías suponerlo, la entrega de poder no es explosiva, sino más bien lineal. Ayuda mucho a la sensación de velocidad el tener la posibilidad de viajar con el techo retraído, pues se tiene una experiencia que pocos autos pueden replicar.
No es el más cómodo, ni mucho menos el más espacioso, pero sin duda es uno de los más divertidos cuando apagamos el control de tracción y estamos dispuestos a darlo todo en la pista. Su tiempo cronometrado fue de 49.2 segundos.
No es un secreto, fue el más lento en la pista, pero sin duda se comportó a la altura de semejante compañía e, incluso, resultó ser más divertido que un par de propuestas, gracias a su puesta a punto.
Lo que es un gran punto a su favor es que es el auto más accesible de este especial, con un precio de “apenas” 495 mil 900 pesos, que lo convierte en un deportivo fácil de adquirir, mantener y manejar sin importar qué tanta experiencia tengas.
Nissan Z: deportividad en la sangre
El regreso del Z al mercado mexicano ha generado gran expectativa, pues su imagen recuerda a los noventa, cuando Nissan tenía vehículos hechos para los entusiastas, a la par de elementos nostálgicos de sus antepasados.
La séptima generación del Z goza de un motor V6 TwinTurbo con 400 caballos de fuerza y, para fortuna de los que gustamos de manejar, la posibilidad de una transmisión manual, donde cronometramos 46.3 segundos.
De todo el especial, puede considerarse como un deportivo que tiene buen manejo en pista pero que, si lo quieres manejar largas horas, te proporcionará buenos niveles de comodidad, con todo y asientos deportivos.
De los ochos autos presentados, es el más nuevo de todos, con una propuesta estética que sobresale por elementos que rinden honor a los Z anteriores de la mano de lo último en tecnología dentro de la marca japonesa.
Curiosamente, los tres japoneses fueron los únicos con transmisión manual, hecho que aporta esa sensación de control y emoción que cada vez se extraña más. Para mejorar los tiempos de aceleración, el Z tiene un sistema que mantiene las RPM al hacer los cambios y, así, no perder potencia ni segundos en el cronómetro. Cambios cortos y una palanca al centro de la consola central mejoran la experiencia, con un precio de 1.3 millones de pesos sin importar si se escoge la transmisión manual o la automática, que dicho sea de paso, es de nueve velocidades con paletas al volante.
Chevrolet Corvette Z06: reinvención del deportivo americano
A menos de que seas un verdadero fanático de los autos, es poco probable que sepas que el Chevrolet Corvette siempre estuvo pensado para ser un auto de motor central. La idea fue producto de la mente de Zora Arkos-Duntov (a quien se le atibuye la Z en esta versión).
Finalmente, hasta la octava generación de este deportivo se cumplió el sueño del ingeniero y se colocó el motor donde originalmente estaba pensado: al centro del vehículo.
Esto, naturalmente, conlleva a una mejora increíble en cuanto al desempeño del Corvette en situaciones de alta demanda en pista.
El Z06 es la configuración más radical del modelo hasta el día de hoy, y demostró durante el especial que es la completa reinvención de lo que conocíamos como “deportivo americano”.
Sí, sigue sonando como uno, pero agrega un cigüeñal plano que le da un tono más “europeo” hasta cierto punto, además de que el bloque V8 atmosférico con 670 caballos de fuerza alza las RPM como nunca antes y con una nota muy especial además de un tiempo en pista de 43.3 segundos.
Eso sí, a la altura de la CDMX pierde considerablemente un porcentaje de potencia, pero todo el trabajo aerodinámico y la puesta a punto de la suspensión, motor y transmisión lo hicieron ser el segundo más rápido alrededor del circuito.
Sin embargo, uno de sus posibles puntos a mejorar es el habitáculo, pues es en verdad muy reducido para adultos que midan más de 1.8 m.
Su precio es de 3.6 millones de pesos, presumiendo así una relación costo-beneficio increíble para el desempeño que ofrece a comparación de sus competidores europeos.
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Toyota GR Yaris: chiquito pero picoso
Para ofrecer un digno pocket rocket, Toyota tomó al equipo de WRC para crear el GR Yaris, una versión de calle del coche de rally. Comparte pocos elementos con la versión “regular” del Yaris que se vende en Europa, y es de los últimos hatches con tres puertas del mundo.
El techo está fabricado en fibra de carbono y el motor de tres cilindros, 1.6 litros turbo con 257 caballos de fuerza resulta adictivo dentro y fuera de la pista, cuyo tiempo fue de 45.2 segundos. Como tributo a los puristas, se ofrece únicamente con transmisión manual, que en pista es una delicia por lo corto y preciso que resulta engranar las marchas en cada curva.
¿Con ganas de más diversión? Basta con activar el modo Track para mandar la mayoría del torque a las ruedas traseras y poder “colear” a la salida de curvas pero sin perder adherencia gracias a la tracción total. La manera en que mantiene la adherencia en curvas es impresionante, más aún si recordamos que se trata de un vehículo pequeño.
Tristemente, solo llegaron pocas unidades de la variante Circuit Package, con mejores prestaciones, todas vendidas por $799,900 para un futuro clásico japonés.
Porsche 718 GT4 RS: la perfección para las pistas
A reserva de su “hermano mayor” (911 GT3 RS), es difícil pensar que existe un mejor auto para sacarle el máximo provecho en pista.
No es un secreto que Porsche es sinónimo de altas prestaciones y desempeño sobresaliente cuando se habla de un circuito, pero simplemente no estábamos preparados para la experiencia que sería ponerse al volante del 718 GT4 RS.
Es, en toda la extensión de la palabra, la perfección sobre ruedas. Desde la distribución de peso 50-50, hasta el excelso sonido que emana del motor bóxer de seis cilindros extraído del 911 GT3, es difícil pensar en cómo mejorar este bólido sin caer ya en terrenos que rayarían en lo imposible.
Uno de sus puntos fuertes, y motivo por el cual fue el más rápido en curvas, es el trabajo aerodinámico que presume. Esto, en resumen, se puede notar en el alerón trasero con agarradera invertida (muy al estilo del 911 GT3), que se nota en pista con 42.2 segundos.
Otro punto a destacar son los frenos de alto desempeño que, a pesar de la exigencia, jamás demostraron un solo signo de fatiga. Finalmente, está el tema del interior. De todos los autos presentes es quizás, a reserva del Giulia, al que más se le notan los años.
Sin embargo, todo esto termina siendo irrelevante cuando te das cuenta del excelente trabajo de Porsche para aminorar el peso al máximo grado posible. Por poner un ejemplo, las puertas se abren con una jaladera de tela para eliminar unos cuantos gramos, el volante no tiene botones ni accesorios innecesarios, o bien, los asientos tienen ajuste manual en lugar de eléctrico además de que la base es hecha en fibra de carbono.
Ford Shelby GT500: poder americano en su máximo esplendor
Pocos coches en la industria pueden presumir de tener un legado tan importante como lo es el del Ford Mustang. Si hablamos de las variantes “Shelby”, sabemos que las cosas están por ponerse serias, especialmente cuando tienes 760 caballos de fuerza disponibles para tu placer.
Si bien ya hay una nueva generación de Mustang rodando por las calles, este Shelby GT500 es, a la fecha, el deportivo de la casa americana más radical jamás creado. El secreto se encuentra en el enorme supercargador que alimenta de aire al bloque V8 de 5.2 litros, con un sonido que resulta adictivo.
Su sonido es impresionante, y se pelea el primer puesto en este apartado con el Corvette Z06, el otro americano. Podríamos pensar que, por la alta potencia y tracción trasera, sería incontrolable, pero no es así, aunque requiere pericia. Esto le otorgó un tiempo de vuelta de 46 segundos.
Al contrario, si bien sí requiere de mucha técnica para llevarlo al límite, una vez que logras encontrar ese punto de balance perfecto, puede ser una de las mejores experiencias.
Cuando logras dominar el coche, el sentimiento de recompensa es alto. Este es, sin duda, uno de los más emocionantes del especial, y solo podemos esperar a ver lo que presentará Ford con el GT500 de la nueva generación de su icónico y afamado “Pony Car”, que no debe de tardar en llegar a México.
Celebración a la gasolina
Más allá de especificar cuál es el más rápido, el más potente o el que mejor se desempeña, esta prueba especial fue pensada con una finalidad en mente: divertirse.
Todos y cada uno de los que conformamos el equipo de Autopistas, nos consideramos fanáticos de los autos hasta los huesos y, para nosotros no había mejor manera para celebrar a los deportivos que ponernos a jugar todo un día en la pista.
Conseguir los autos fue una tarea titánica, especialmente lograr que todos se coordinaran en tiempo y forma para tenerlos el mismo día, a la misma hora, en la pista de pruebas (proporcionada por Centro Dinámico Pegaso), con el equipo de Autopistas.
Sin embargo, valió por completo todo el estrés y las horas de planeación porque, al llegar esa fría mañana de lunes a la pista y ver a todos estos autos formados, listos para ser nuestros juguetes, se nos dibujó una sonrisa en el rostro.
Éramos como niños en día de Navidad, llenos de ilusión y con los ojos brillantes, ansiosos de ponerles las manos encima. Se podía palpar la emoción en cada uno de nosotros, pues no todos los días tienes la oportunidad de manejar lo mejor de lo mejor en el segmento de los deportivos, sin ninguna restricción.
Luego de ajustar el trazado de la pista, comenzamos con un par de vueltas de reconocimiento en el Alfa Romeo Giulia QV para ver si nos convencía esa ruta y si era “justa” para disfrutar al máximo en cualquiera que fuera el vehículo.
Nicolás Bachechi, nuestro colaborador y piloto certificado por Pegaso, sería la persona responsable de marcar los tiempos de vuelta cronometrados para que no hubiera variación entre las “habilidades” al tratar de ir rápidamente.
El método era simple: una vuelta de reconocimiento, una vuelta con inicio rodando (estilo calificación de la F1) y una vuelta de enfriamiento del auto.
Se comenzó con el Shelby GT500 y, cada 10 minutos aproximadamente, era el turno del siguiente coche. Era un simple deleite ver a tantos caballos de fuerza desplegarse en la pista.
También hay que mencionar que es sorprendente el cómo cada marca entiende diferente el concepto de “deportivos”. Desde fuerza bruta en el Shelby hasta aerodinámica perfecta en el Porsche, pasando por la maravilla mecánica del motor de tres cilindros del GR Yaris o una puesta a punto de suspensión y dirección increíble como la del Alfa Romeo, nunca dejará de sorprendernos que existan máquinas que están al borde de la perfección.
Pasaron las horas y, luego de las vueltas rápidas, liberamos la pista para que todos los que acudimos a la cita pudiéramos disfrutar de los más de 3,700 caballos de fuerza que reunimos en el lugar.
Por un momento, todos los coches compartieron pista y, para una persona que creció con un amor por los autos tan marcado, esta escena fue motivo de una sonrisa sincera de oreja a oreja.
Me encontraba manejando el Corvette Z06 y, en el espejo lateral, notaba al Alfa Romeo Giulia siguiéndome a toda velocidad, escoltado por un Porsche 718 GT4 RS. Esa es una escena que, difícilmente, se podría recrear en algún otro lado.
Llegó el momento de irnos “¿Te sientes satisfecho?,” me preguntan. “Sé que pudimos hacer un poco más, pero me llena el ver a mi equipo disfrutando como nunca”, responde Luis Vilchis, Editor de Autopistas.