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En el mundo de los autos hay modelos que son muy exclusivos. Marcas como BMW, Lamborghini o Maserati son el lujo que todos quisieran tener. Pero el deseo de tener un coche de esta calidad fue demasiado lejos para un vendedor de vehículos de segunda mano quien falsificó un modelo de la marca Ford para hacerlo pasar por un Ferrari F430 Scuderia. A continuación, te dejamos la historia completa.
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El vendedor de autos que falsificó un Ford para hacerlo parecer un Ferrari
De acuerdo con el medio español ABC Galicia, el inicio de la historia se remonta a octubre de 2018 cuando el ahora acusado compró un auto de la marca Ford al que previamente ya se le habían hecho modificaciones para hacerlo pasar por un Ferrari F430 Scuderia.
Tanto la carrocería como el interior del vehículo habían sido modificados, además de colocarle estampas del escudo de la marca de autos de lujo.
Cabe destacar que inclusive el auto contaba con piezas no originales y artesanales. Tomando en cuenta esto, el comprador y dueño estaba más que consiente de que lo que estaba adquiriendo no era más que una imitación de un vehículo de lujo.
Sin importar lo anterior, el vendedor ocupaba su Ferrari falso para enganchar a sus compradores, le colocó unas estampas de su establecimiento a manera de publicidad y lo exhibió en su página web, hasta el día que fue incautado por la Policía Local de Arteixo (La Coruña).
¿El dueño del Ferrari falso puede ir a la cárcel?
Según lo explicado por ABC Galicia, al principio del caso, la Fiscalía pedía para el vendedor un año de cárcel por delito contra la propiedad intelectual, además de pagar la cantidad de 2.1 millones de euros a la marca italiana. Sin embargo, por el momento ha quedado absuelto por el juzgado de Lo Penal de La Coruña.
El magistrado no considera que el acusado haya cometido un delito contra la propiedad intelectual, además de que, a simple vista, se podía ver que el auto no era un Ferrari auténtico, "los emblemas eran burdos y se veía que se trataba de meras pegatinas".
El Ferrari falso tenía cinco años circulando, el anterior dueño nunca tuvo problemas legales. Además, el acusado argumentó que nunca puso a la venta el auto modificado ya que su empresa solo trabajaba con autos de gama media-baja, lo usaba únicamente como gancho y fue incautado 12 días después de haberlo adquirido.
Por otro lado, tampoco se considera que hubiera fines industriales y/o comerciales por parte del acusado, ya que, a simple vista, se puede deducir la falsedad del Ferrari y esto no representa un problema para la marca de autos de lujo, ya que es casi imposible que el modelo modificado pueda dañar la reputación de la marca o bajar sus ventas.
Aunque se eliminó el caso de daño a propiedad intelectual, sigue latente el riesgo de tener malas consecuencias para quien compró un supuesto Ferrari con la intención de exhibirlo como atracción de su negocio.
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