Más Información
Mexicanos sostienen la economía de EU, asegura Sheinbaum; “son lo que son por el pueblo trabajador”, expresa
Sheinbaum designa a Lázaro Cárdenas Batel para nueva Comisión en la Mixteca; atenderá a pueblos originarios
"Soy inocente", reitera Garduño tras suspensión a proceso por incendio en Ciudad Juárez; trabaja con víctimas, afirma
El vicecoordinador político del PT en el Senado, Miguel Barbosa, afirmó que los magistrados electorales no pueden pasar por alto las impugnaciones e irregularidades que estuvieron a la vista de todos en los procesos electorales de l Estado de México y Coahuila.
“El papel que los magistrados electorales realicen será fundamental para el futuro político de estas dos entidades. Los magistrados deben impartir justicia de manera autónoma e imparcial. No pueden pasar por alto delitos que estuvieron a la vista de todos”, destacó Barbosa.
Expresó que tras el proceso electoral del pasado 4 de junio quedaron en evidencia graves fallas en los órganos electorales, sus integrantes no son autónomas en sus decisiones, los órganos estatales están sometidos al poder local y las instituciones nacionales parece que a la influencia del gobierno federal.
“Se trata de un problema grave que afecta a nuestra democracia y daña la credibilidad de las instituciones. En el Estado de México y en Coahuila, las irregularidades electorales fueron evidentes, estuvieron a la vista de todos, al parecer menos de las autoridades electorales”, dijo el senador petista.
Barbosa criticó que la Cámara de Diputados designe a los integrantes del Instituto Nacional Electoral (INE) con base en acuerdos políticos y que a su vez, el Consejo General del INE designe a integrantes de los organismos públicos locales electores sometidos a los gobernadores correspondientes.
“También es cuestionable que el Senado elija por medio de arreglos políticos a los magistrados electorales. Ni la Cámara de Diputados, ni el Senado fortalecen la democracia con este tipo de nombramientos”, sostuvo.
Afirmó que por ejemplo, en el Estado de México las instituciones electorales están sometidas burdamente al poder.
lsm