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Para Carlos Espejel fue crucial la noche en la que acudió al programa de Jacobo Zabludovsky imitando a "Cantinflas", por ahí del 82, cuando apenas tenía ocho años. Esa ocasión habló por teléfono y al aire con su ídolo, Mario Moreno, quien lo felicitó por su trabajo y motivó a seguir adelante. También recuerda que terminando su participación salió de ahí y se fue a un foro contiguo a llorar de la emoción pues "bien que mal nosotros sabíamos el tamaño de responsabilidad que era estar en ese noticiero" y que en su improvisación al aire dijo dos veces a Zabludovsky "¡No me interrumpa Chato!".
Pero esa no fue la única vez en la que coincidió con el periodista, la siguiente se dio unos años después, cuando estaba en "Chiquilladas", donde imitaban el noticiario "24 Horas". "Petaca" se convertía en Jacobo y "Pituca" en Tacho (Ignacio López Tarso), lo que daba mucha risa a los integrantes del noticiario real, que recuerda, eran "muy buena" onda con ellos.
"El día que grabamos 'Chiquilladas' en el 85, nosotros grabamos el 18, un día antes del terremoto, y celebrando el aniversario de '24 Horas' nosotros le llevamos un pastel al edificio de noticieros de Televisa el 18 de septiembre a las 11 de la noche y un día después se cae el noticiero, se cae ese edificio junto con el otro edificio en el que grabábamos. 'Chiquilladas' fue el último programa que se hizo en el edificio antes del temblor".
Recuerda que esa noche vieron al conductor Félix Sordo, quien falleció en el terremoto.
Hoy, Carlos Espejel ve a Jacobo como una de las grandes personalidades que de pequeño tuvo la oportunidad de conocer y de estar tan cerca, a quien pese a que llamaban oficialista, también tuvo gran contribución a la televisión.
"Yo creo que eran así los tiempos, era lo que él podía hacer y me parece que pues sí se le puede juzgar de alguna manera por eso pero creo que el legado que deja es mucho más grande, en mi opinión me parece que fueron los tiempos, los que vivía el país".
cvtp
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