El primer bailarín mexicano, Isaac Hernández, aseguró que se encuentra en su mejor momento después de cuatro meses con la compañía English National Ballet (ENB).
"Me siento mejor que nunca, mejorando todos los días y ahora la compañía contrató como maestro de los bailarines principales al ruso Irek Mukhamedov. Mi bailarín favorito”, señaló sonriente.
Durante uno de los ensayos en esta ciudad el bailarín mostró la fuerza escénica en su papel de príncipe Sigfrido en “El lago de los cisnes”, que se presenta a partir del 16 de septiembre en el teatro Liceo de Barcelona.
La técnica de Hernández se puede apreciar durante la práctica profesional con la batuta de la reconocida maestra cubana, Loipa Araujo, que solo afina pequeños detalles en los 45 minutos de ensayo.
“Para mí es una de las grandes maestras con las que me he encontrado en mi carrera y eso ha sido clave para mi adaptación a la compañía y para mi desarrollo técnico y artístico”, afirmó el bailarín con la sencillez que lo caracteriza.
Isaac Hernández, quien comenzó a bailar a los ocho años de edad, hace mancuerna con la experimentada bailarina y directora artística del ENB, Tamara Rojo (Odette) en “El lago de los cisnes”.
“Nos damos la libertad de tomar decisiones artísticas que cambian todos los días y es por eso que me gusta tanto bailar con Tamara porque nos complementamos muy bien. Todas las expectativas que tenía con la compañía se han cumplido”, aseguró Hernández.
En días pasados recogió en Italia el prestigioso Premio Positano de la Danza Leonide Massine como “Mejor Bailarín Emergente” del mundo 2015, reconocimiento que en su momento recibió el soviético Rudolf Nureyev, un premio “muy especial” para el bailarín mexicano.
“Eso viene en un muy buen momento porque he vivido muy buenas funciones con la compañía que han causado mucho impacto y hay mucha expectativa sobre lo que viene en los próximos años. Ha dado mucho fruto mi llegada a Londres en los pocos meses que llevo”.
Hernández comentó que tiene como maestros a los dos mejores del mundo (Mukhamedov y Araujo) que le están ayudando a preparar el papel de Romeo para su presentación el 14 de octubre en la ciudad inglesa de Bristol.
“Las clases todos los días me han preparado mejor que nunca para cuando afrontamos los ballets completos. Estamos preparados físicamente y técnicamente para hacerlo”, reiteró.
El artista prefiere no mencionar su papel favorito pero confiesa que le gusta personificar al príncipe Alberto (Giselle), Sigfrido (Lago de los cisnes) y Basilio (Don Quijote), los ballets más emblemáticos del repertorio y “para mí han sido los que me han marcado hasta ahora”.
Además de Barcelona, y su gira nacional en Inglaterra, su vertiginosa carrera como bailarín lo llevó este año a Asia y próximamente se presentará en el sultanato de Omán, en la Península Arábiga.
“Todavía me cuesta trabajo creer. Muchas veces soñé con esto, sin pensar en realidad que podía lograrlo. Es algo que me ha costado más de quince años llegar aquí”, aseguró Hernández, quien se muestra feliz de pertenecer a la élite del ballet mundial.
El bailarín de 25 años de edad divide su tiempo entre ensayos, presentaciones y su reciente nombramiento por parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) como embajador de las Artes y el Turismo.
Hernández se siente “motivado y contento” con su trabajo con el ballet inglés y sus papeles estelares de Romeo (Romeo y Julieta) Conrad (El Corsario) y el Cascanueces, que requieren la destreza y fuerza escénica de las grandes compañías mundiales.
rqm