La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicó recientemente un estudio sobre la dinámica de las grandes empresas exportadoras en América Latina. Si bien el texto presenta aspectos sobre lo que denomina el aporte de las pequeñas y medianas empresas, también destaca lo señalado sobre las grandes empresas.

En la región se observa una muy alta concentración de los productos exportados entre las grandes empresas en un contexto en que son pocas compañías las que realizan estas actividades. En México el número de empresas exportadoras es prácticamente el mismo en el periodo de 2002 a 2014, lo que implica que únicamente el 0.8 por ciento del total de las empresas realizan exportaciones. En el caso de la industria manufacturera, que explica la mayor parte de las exportaciones realizadas desde México, el número de compañías es sumamente reducido y se manifiestan niveles de concentración mayores que en otros países de la región.

En 2010 las denominadas macro-empresas, con más de 500 trabajadores, realizan el 82% del valor del comercio exterior del total de las empresas industriales. Esto es así, dado que la mayor parte de estas compañías realizan exportaciones e importaciones. El incremento de las exportaciones manufactureras es una de las transformaciones importantes de la economía en México desde mediados de los años noventa. Pero también, como he destacado en otras colaboraciones, hay un aumento igual o mayor de las importaciones en la propia manufactura. Los datos del estudio confirman que las más importantes exportadoras están a la vez entre las mayores importadoras.

En México la plataforma de exportaciones manufactureras construida en décadas recientes no cuenta con una base endógena. Un reducido grupo de grandes empresas han estado realizando inversiones o comprando activos en operación. Su operación se realiza regularmente con equipo y maquinaria importada y una gran cantidad de los insumos que utilizan son importados. La mayor parte de lo producido se exporta. Lo mismo sucede en la industria automotriz como en la de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos y en la de equipo y maquinaria para industrias diversas que llevan a cabo cerca de 60% de las exportaciones totales.

En la industria automotriz, como en las otras actividades manufactureras altamente exportadoras los nombres de las compañías son conocidos por los lectores. Gran parte son firmas trasnacionales que cuentan con una red global de producción y proveedores relevantes en otros países. En el comercio con estos proveedores son las grandes empresas que integran los productos las que fijan los precios y los ritmos de producción. Además, otra parte significativa de las transacciones se dan al interior de la firma entre la matriz y sus filiales. Los precios, las decisiones de inversión, la localización de las plantas se deciden desde la oficina central de la compañía. También el destino de lo producido se establece centralmente. En tanto el comercio exterior se encuentra dominado por estas compañías su crecimiento y composición es una decisión que se toma allende las fronteras. La forma en que opera la economía en México, contando con la exportación de manufacturas, implica que los incrementos a las exportaciones no se asocian con aumentos internos en la producción en otras actividades industriales.

En años recientes las variaciones en los montos exportados se explican por aumentos en las firmas que estaban operando previamente. Son incrementos en la escala de producción que refuerzan la concentración en un reducido grupo de grandes empresas. Según el estudio de la CEPAL en 2013 en México 1% de las empresas exportadoras concentran el 73% del valor total de los envíos al extranjero. La concentración en la economía tiene en el comercio exterior un espacio relevante que funciona sin articularse creciente y firmemente con el conjunto de la economía del país.

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

vidal.gregorio@gmail.com

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