

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) presentó recientemente la Cédula de Datos Fiscales, un documento digital que permite a los contribuyentes consultar información esencial como su RFC, régimen fiscal, código postal y uso del CFDI.
La herramienta, diseñada para agilizar la emisión de facturas y otros trámites, ha generado inquietudes entre los usuarios que no saben si tramitarla es obligatorio ni qué consecuencias podría tener no hacerlo.
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La confusión se debe en gran medida a su similitud con la Constancia de Situación Fiscal, un documento ya conocido por la mayoría de los contribuyentes. Algunos usuarios creen que la nueva cédula sustituye a la constancia, pero el SAT ha dejado claro que ambos documentos coexisten y cumplen funciones distintas.
Mientras que la Constancia de Situación Fiscal ofrece información más amplia, la Cédula de Datos Fiscales se centra en proporcionar los datos clave de manera rápida y práctica.
Uno de los principales puntos que ha aclarado el SAT es que la Cédula de Datos Fiscales no es obligatoria. No tramitarla no acarrea sanciones ni implica irregularidades fiscales. Sin embargo, la dependencia recomienda contar con ella porque simplifica procesos que suelen generar contratiempos, como la emisión de facturas o la verificación de información fiscal por parte de empleadores, proveedores o clientes.
Al no disponer de esta cédula, los contribuyentes podrían enfrentar situaciones en las que deban recurrir a la Constancia de Situación Fiscal, un trámite que a veces requiere e.firma o acudir a oficinas del SAT, con la consecuente inversión de tiempo. La cédula, en cambio, se obtiene de manera rápida y totalmente en línea, ofreciendo una alternativa práctica para acceder a la información fiscal actualizada.
Además, el SAT advierte que mantener actualizados los datos fiscales ayuda a evitar errores en facturación, proteger la identidad y reducir riesgos de fraude o suplantación. Por lo tanto, si bien no tramitar la cédula no implica sanciones, contar con ella puede facilitar el cumplimiento de obligaciones fiscales y brindar mayor seguridad en la gestión de datos.
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El proceso para obtener la cédula está diseñado para ser sencillo y totalmente digital. Los pasos son los siguientes:
Este mecanismo evita la necesidad de desplazarse a oficinas del SAT o utilizar la e.firma, agilizando la consulta de información fiscal. La dependencia subraya que la cédula está pensada para facilitar la interacción de los contribuyentes con empleadores, proveedores y plataformas que requieren datos fiscales confiables.
El SAT ha reiterado que la Cédula de Datos Fiscales no reemplaza a la Constancia de Situación Fiscal. La constancia sigue siendo necesaria en ciertos trámites más complejos y contiene información detallada, como obligaciones fiscales y estatus del contribuyente.
La cédula, por su parte, funciona como una versión resumida y accesible que responde a la necesidad frecuente de compartir datos básicos, por ejemplo, al emitir facturas o contratar servicios. Esto reduce la exposición de información sensible y agiliza los procesos cotidianos.
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