El proyecto busca garantizar el derecho a "transcurrir dignamente el proceso de morir" en mayores de edad psíquicamente aptos que atraviesen la etapa terminal de enfermedades incurables e irreversibles

Acompañar y precipitar la muerte voluntaria es un acto humano, amoroso. Despedirse de la vida cuando uno sigue siendo persona es idóneo; no aguardar a convertirse en restos humanos es la meta.