Los seres humanos solemos tomar decisiones equivocadas con las que a menudo causamos graves daños a terceros, pero ¿qué pasa cuando las directrices provienen de la jefa de la administración de la unión? los efectos son devastadores. Los mexicanos lo hemos sufrido por décadas, no haré recuento de las decenas de yerros presidenciales porque no sería un artículo sino una enciclopedia y el espacio, aunque generoso, no me da para ello, solo me concretaré a la última semana.

En un curioso cambio, del que me ocuparé al final, la narrativa de Palacio Nacional se ha centrado en Salinas Pliego y Ovidio Guzmán, ambos en calidad de enemigos públicos. El primero, acaudalado empresario que hace uso de sus libertades para debatir en los Tribunales la legalidad de los cobros de impuestos que la hacienda le reclama ¿es ilícito? no, para eso se construyó el sistema, de hecho, la República descansa en la revisión permanente de los actos de los poderes, lo opuesto nos conduce al absolutismo, supuesto discorde al progresismo que decimos ejercer. Con esto, no afirmo que tenga la razón, simplemente ratifico que en un régimen de leyes nadie se debe de espantar por ir ante un Juez en busca de justicia, por lo que, satanizar a quien busque defender su postura en una Corte equivale al desprecio de las de reglas que rigen la vida democrática. Respecto del segundo, un temible bandido, se abrió fuego contra el acusado por adoptar un derecho que le asiste, declararse culpable y colaborar para reducir la pena es una práctica cotidiana estadounidense. Más del 98% de los casos criminales no llegan a juicio, se arreglan, así funcionan. La reacción mañanera pudiese ser atribuible a dos variables: al desconocimiento, que desde luego es inadmisible, la Ejecutiva goza de todo un presupuesto para contratar y escuchar expertos o, lo peor, al temor.

Sin duda la mandataria es honorable. Nunca en la historia la delincuencia había recibido golpes a su estructura como los dados en su gobierno, pero pululan factores que ensombrecen la rectitud de los que se fueron que se niega a entregar o por lo menos reconocer, por lo que, al apartarse del manejo sensato de la comunicación no actúa como estadista, su motivación se acerca a la persecución de unos cuantos y no a reparar el afectadísimo deterioro institucional. Se estira tanto la liga que en algún momento reventará.

En ese contexto, lo que diga o deje de decir el billonario o el maleante sinaloense o su abogado, en nada tendría que preocupar ¿para qué confrontar? es una pérdida valiosa de esfuerzo. Ya no es ‘El Innombrable’, Calderón o García Luna, ahora ‘El Tío Richie’ y ‘El Chapito’ son los malos de la película que la 4T produce y dirige, siguiendo el guion de intereses extraños, para colmo, aderezado con el anuncio, absurdo, de una demanda por difamación, callejón sin salida, pues si la plantea aquí comprometerá la autonomía de una dudosa nueva judicatura y si se le ocurre presentarla allá, someterá la soberanía a un magistrado gringo.

Podría tratarse de llana manipulación para desviar la atención de la inminente cacería de políticos por la DEA con funestas consecuencias, por lo pronto una de ellas, el arancel del 30% por no enfrentar a los narcos ¿sorpresiva? quizá no, ¿qué les habrá revelado ‘El Ratón’?

Señora Presidenta, se impone giro de timón, no ceda a la ruta que le es ajena. El sexenio es joven y afortunadamente ya pintó raya al ‘abrazos no balazos’, aún hay tiempo para solucionar los profundos problemas que nos acechan. No permita que el Estado que depositó en usted una abrumadora mayoría se diluya en sus manos.

Abogado. @VRinconSalas

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