La Corte Interamericana de Derechos ha establecido la responsabilidad internacional del Estado mexicano por la muerte de la señora Ernestina Ascencio Rosario, una mujer nahua de 73 años de la sierra de Zongolica en Veracruz, sucedida en febrero de 2007. La sentencia establece que la señora Ascencio fue víctima de violación sexual por militares, evento que fue negado por años por las instituciones del país al más alto nivel, incluyendo la presidencia de la República y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que sostuvieron una causa de muerte natural provocada por gastritis.
Un elemento central de la resolución es el análisis de la militarización de la seguridad y la impunidad de los abusos de las fuerzas armadas, situación que ha acontecido con tres fuerzas políticas en el gobierno federal. La Corte Interamericana expresa su preocupación por la “relación entre la expansión de la presencia militar de las fuerzas de seguridad y la comisión de graves violaciones de derechos humanos”.
Actualmente, una tercera parte de las resoluciones contra México se relacionan con eventos de desaparición forzada, tortura y violación sexual que involucran al ejército. En un contexto de normalización de la militarización, las sentencias internacionales resultan un elemento clave para revisar las decisiones del gobierno y verificar que actualmente subsiste una política de seguridad que vulnera derechos fundamentales.
La presidenta Sheinbaum declaró que la sentencia será cumplida pero que las responsabilidades se atribuían a la administración de Felipe Calderón. Sin embargo, pasa por alto que la Cuarta Transformación ha profundizado la militarización de la vida pública y convirtió a la Guardia Nacional en fuerza armada permanente con rango constitucional, lo cual configura desacato a las sentencias previas de la Corte Interamericana.
En este sentido, es importante recordar que la representación del Estado mexicano sostuvo en 2022 en la audiencia pública del caso García Rodriguez que la militarización y la prisión preventiva oficiosa eran pilares irrenunciables de la política de seguridad del país. Aunque estas medidas fueron impulsadas en la administración del presidente Felipe Calderón, fueron defendidas férreamente por el presidente López Obrador. Incluso, la Secretaría de Gobernación, la Cancillería, y las fuerzas armadas presionaron en 2024 a la Suprema Corte para no cumplir las sentencias sobre prisión preventiva oficiosa.
La resolución internacional también evidencia la pérdida de independencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. En aquellos años, su presidente, José Luis Soberanes, señaló: “no hubo violación. No hubo homicidio”. Mientras su segunda visitadora sostenía: “aseveramos que no hubo violación con base en evidencias, pruebas y análisis”. Aunque el oficialismo ha utilizado el caso para reiterar su crítica a Felipe Calderón y a establecer una división artificial con el pasado, el juicio alcanza al presente, donde la CNDH de Rosario Piedra insiste en defender la prisión preventiva oficiosa, además de ser omisa y parcial en casos contra la Guardia Nacional y las fuerzas armadas, empleando el discurso que afirma que la violación de derechos humanos es cosa del pasado.
Frente a la politización condenable que de la memoria de la señora Ernestina Ascencio han realizado la oposición y el oficialismo, hay que señalar la responsabilidad mutua de quienes hoy gobiernan y de quienes lo hicieron en el pasado, y han compartido narrativa, justificaciones y exculpación de las fuerzas armadas. El voto del vicepresidente de la Corte Interamericana, el juez Rodrigo Mudrovitsch, es premonitorio y rompe la falsa línea entre pasado y presente de la 4T en este tema, al señalar que la militarización actual, la reforma constitucional de 2024, así como la composición, estructura y mando militar de la Guardia Nacional debieron ser valoradas como motivo de responsabilidad del Estado mexicano. Sin duda, eventualmente el militarismo predominante será motivo de condenas internacionales.
Coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla. @hele_simon

