Félix Hernández Gamundi y Marisol Vázquez
La Dra. Claudia Sheinbaum en su primer acto de gobierno como Presidenta de México firmó y ordenó la publicación de un ACUERDO en el Diario Oficial de la Federación, en el que se declara el crimen cometido por el estado mexicano el 2 de octubre de 1968 como un delito de Lesa Humanidad, marcando con ello el inicio de un proceso largamente aplazado para el acceso a la justicia y a la reparación integral del daño a las víctimas de este acto atroz, que a la fecha sigue impune y a su vez reconociendo que todos los derechos de las víctimas siguen a salvo y son vigentes.
Este Acuerdo tiene rango de Ley y es de aplicación obligatoria, por lo que esperamos que sin más dilación se establezcan las condiciones objetivas para su cumplimiento inmediato.
Sí, toda la represión del movimiento del 1968 es un genocidio, es un crimen de Estado, planificado y ejecutado de forma sistemática contra un grupo social pacífico e indefenso. Por tratarse de un delito de Lesa Humanidad no prescribe, exige sanción a los responsables, obliga a la reparación integral de las víctimas, a la memoria y la verdad de los hechos y a garantizar la NO REPETICIÓN de los crímenes de esta índole. Han pasado 57 años de la masacre de Tlatelolco y la justicia no ha llegado, se ha mantenido la impunidad a toda costa, retorciendo la Ley con actos abiertamente ilegales, con violencia continuada y utilizando de forma abyecta la fuerza del Estado para proteger sin cortapisas a los perpetradores. Estudiantes acosados, brigadistas asesinados por la espalda, escuelas, hospitales y lugares públicos tomados con violencia extrema, jóvenes asesinados, encarcelados y torturados, familiares perseguidos e incluso muertos o encarcelados por buscar a sus víctimas y una larga cauda de actos represivos para acabar con un grupo social que luchó por las libertades democráticas en México. Eramos jóvenes y pueblo en general, respondiendo con una movilización social amplia, en defensa de nuestra vida con dignidad, para detener las continuas agresiones tremendamente violentas contra la población y para buscar el diálogo público con el Gobierno. Los culpables de genocidio que se cuentan por cientos, están claramente identificados y muchos de ellos siguen vivos. Es hora de que enfrenten la justicia. La exigencia es clara: justicia, justicia, justicia. El 2 de octubre no se olvida, porque es la herida más ominosa de nuestra historia contemporánea. Juzgar, castigar a los culpables y reparar las consecuencias de este crimen de Estado, exige verdad, juicio a los responsables, un museo de la memoria, la dignificación de las víctimas y la reparación integral. Exige acciones inmediatas como retirar de la nomenclatura de toda clase de espacios públicos, los nombres de los genocidas: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Alvarez, Mario Moya Palencia, Marcelino García Barragán, Julio Sánchez Vargas, Fernando Gutiérrez Barrios, Luis Gutiérrez Oropeza, José Hernández Toledo, Jesús Castañeda Gutiérrez, Jorge de la Vega Domínguez, Andrés Caso Lombardo, entre muchos otros cientos de cómplices.
Ya basta de mentiras, omisiones e inacción de jueces, magistrados, ministerios públicos, las fuerzas armadas y todas las instancias responsables de la impartición de justicia y la reparación integral a las víctimas. Pedimos que se concluyan los procesos de investigación, apertura de expedientes, transparencia, verdad de los hechos y el resguardo inequívoco de todos los derechos de quienes fuimos víctimas, pues hasta el día de hoy, según los expedientes espurios que se hicieron a modo, los que fuimos perseguidos, muertos y encarcelados, seguimos siendo los “culpables”, una aberración jurídica que debe corregirse de forma inmediata.Estamos seguros de que si el Estado Mexicano, hubiera actuado con justicia en 1968, jamás se habrían cometido los delitos como la Guerra Sucia, el 10 de junio de 1971 o la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, ni cientos de desapariciones forzadas ni matanzas como Acteal, Aguas Blancas y muchas muchas más. Para todas las víctimas y sus familias, nuestra máxima solidaridad y un abrazo fraterno.El 2 de octubre también cimbra al mundo. Hoy, levantamos la voz clamando ALTO AL GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO PALESTINO, pues es absolutamente inaceptable que niños, mujeres, hombres y ancianos inermes, totalmente vulnerables, estén siendo masacrados por el simple hecho de haber nacido en Palestina. La solidaridad de todo el pueblo de México y de todos los pueblos del mundo contra este genocidio ejecutado por el Estado Israelí exige que estas agresiones deben suspenderse de inmediato y sancionar a todos los responsables.Nuestras demandas históricas de justicia y reparación, se basan en la ética y en la Ley. El derecho internacional y los tratados firmados por México obligan al Estado a garantizar justicia, reparación y no repetición. No repetición significa una sola cosa: cero impunidad.Este 2 de octubre, la cita es en la Plaza de las Tres Culturas a las 4 de la tarde. Porque la justicia sigue pendiente. Porque la democracia se construye con verdad, memoria y dignidad. Porque es tiempo de dar cumplimiento al Acuerdo Presidencial convertido en Ley, a través de la reparación integral del daño y por la culminación inmediata de los juicios contra los perpetradores intelectuales y materiales del genocidio. Por el alto inmediato al genocidio en Palestina.
¡2 de Octubre no se olvida!
Integrantes de Por México Hoy





