La Fiscal General de los Estados Unidos, Pam Bondi, fue contundente: “No nos dejaremos intimidar y mantendremos a Estados Unidos a salvo gracias al liderazgo del presidente Trump. No solo frente a Irán, sino también frente a Rusia, China y México. Frente a cualquier adversario extranjero, ya sea que intente matarnos físicamente o mediante la sobredosis de nuestros hijos con drogas”.

La declaración ocurrió el 25 de junio durante su comparecencia en el Senado estadounidense, poco después de que el Departamento del Tesoro acusara a tres instituciones financieras mexicanas por presuntamente participar en lavado de dinero y con ello facilitar la operación de los cárteles de las drogas.

Lo delicado fue que señaló a nuestro país, no a los cárteles, como responsable del ingreso masivo de fentanilo a Estados Unidos. El duro mensaje al gobierno de México, justificó, es debido a la falta de una buena estrategia para frenar a los criminales. En la lista de adversarios están también Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Irán, Rusia y China.

La presidenta Sheinbaum consideró que lo dicho por la fiscal no tiene sustento. Destacó que hay colaboración con Washington y hasta presumió que en los últimos meses ha disminuido el cruce del fentanilo. Explicó que Pam Bondi “no está bien informada”, y aseguró además que su estrategia de seguridad sí está funcionando.

Bondi no solamente es la máxima responsable del Departamento de Justicia de su país, a ella le corresponde también supervisar a todas las agencias de seguridad como el FBI y la DEA. Su tarea es cumplir la ley, y si en este caso la aplica, los principales afectados serán los inmigrantes.

Esta ley fue aprobada en 1798 y permite al presidente en turno detener y deportar a los ciudadanos de las naciones consideradas enemigas. Solamente se ha implementado durante las dos Guerras Mundiales y en la Guerra de 1812 con el Reino Unido. Aunque parezca un poco anacrónica, la Corte Suprema estadounidense le autorizó a Trump usarla para agilizar la deportación masiva de extranjeros.

Está el antecedente de la designación apenas en febrero, de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. A eso se suma ahora esta nueva advertencia que sacude más allá de los círculos diplomáticos. Si bien para que México forme oficialmente parte de esta lista se requiere de una orden ejecutiva desde la Casa Blanca, el mensaje ya está enviado. Con ello no solo se genera mucha zozobra para quienes viven una realidad binacional, se crea también una incertidumbre económica importante. México es el principal socio comercial de Estados Unidos. Habrá que ver cómo es eso compatible con ser también un adversario.

Esta estrategia genera incertidumbre económica que afecta al peso, pone en riesgo los ahorros, y podría complicar desde la obtención de una visa hasta las relaciones comerciales de las que dependen millones de empleos. La pregunta ya no es si la relación con EU es buena o mala, sino cómo navegar en un nuevo paradigma donde el principal socio comercial también se posiciona como un adversario.

@PaolaRojas

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