A principios de año la inflación en Estados Unidos (EU), medida por el índice de precios al consumidor (CPI) en variación anual había comenzado a descender desde 3% en enero, hasta 2.3% en abril, cifra divulgada a mediados de mayo. Estimada por el índice básico (core) que excluye los componentes de alimentos y energía, la tendencia fue similar, bajó de 3.3% en enero a 2.8% en marzo. Por lo que las presiones del presidente Donald Trump (DT), de los grandes inversionistas y del mercado se intensificaron. Incluso, DT declaró que despediría a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) -aunque no tuviera facultades para hacerlo- por negarse a bajar las tasas de interés, de lo que tuvo que retractarse ante la reacción negativa de los mercados de bonos en abril pasado.

Sin embargo, la tendencia de la inflación se revirtió y el CPI comenzó a subir lentamente hasta llegar a 2.9% en agosto pasado, lo mismo que el básico a 3.1%. El repunte de la inflación no ha sido tan fuerte, debido a que algunas de las decisiones de aranceles se pospusieron y otras fueron menos agresivas de lo que se había anunciado. También ha sido contenida por las amenazas de DT. Por ejemplo, contra Amazon y Walmart por trasladar incrementos de los precios a los consumidores finales por los mayores impuestos a las importaciones, lo que las ha obligado a asimilar parte de esos costos.

Algunas empresas, importaron grandes inventarios de insumos y bienes finales antes de la aplicación de las nuevas tarifas, por lo que el traslado del alza de precios, se reflejará cuando tengan que renovar existencias. Esto es, todavía no hemos visto todo el efecto en los precios de los mayores aranceles, por lo que se entiende la postura de cautela de la Fed que retrasó la baja de tasas en 25 puntos base (pb) hasta el día de ayer.

Cabe comentar, que la Fed sigue más el indicador de la inflación de gastos personales de consumo (PCE) porque tiene una cobertura más amplia, pero tiene la desventaja de que su difusión es hasta fines de mes, esto es, más retrasada que la del CPI.

En su comunicado de política monetaria de ayer, el Comité Federal de Mercado abierto (FOMC) de la Fed hace hincapié que tiene un doble mandato: lograr el máximo empleo y mantener la inflación estable en 2% en el largo plazo; señala que la inflación se mantiene elevada y que el riesgo a la baja del empleo se ha acentuado. Antes había reconocido que el crecimiento se había moderado en el primer semestre y que el empleo se desaceleró.

La decisión del FOMC no fue unánime porque Stephen Miran, recientemente nombrado por el Senado y presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca con licencia, votó a favor de una reducción de 50 puntos base.

Miran ganó notoriedad porque criticó la “puerta giratoria” entre la Fed y el Poder Ejecutivo, cuando la expresidenta de la Fed, Janet Yellen aceptó ser Secretaria del Tesoro en la administración de Joe Biden en 2021. La acusación era tendenciosa porque Yellen dejó de ser presidenta de la Fed en 2018; en cambio, en el colmo de la incongruencia Miran pidió licencia a su cargo en la administración Trump, para ser miembro de la Fed por cuatro meses, sin renunciar a su actual puesto. Powell es de inclinación republicana y el conflicto con Trump es que no es incondicional como Miran. La preferencia política no es el tema.

El asunto de fondo es que Trump quiere capturar al FOMC. Con Miran ya tiene tres posiciones y si la Suprema Corte avala la destitución de Lisa Cook, tendría cuatro. Cabe recordar que el FOMC está integrado por doce miembros: siete de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Fed, el presidente del Banco de la Fed de Nueva York y cuatro de los once presidentes restantes de los Bancos de la Fed, que cumplen mandatos de un año de manera rotatoria.

En realidad, el dilema es si se sostendrá la autonomía de la Fed. ¡Qué Miran haya sido el único voto en contra en el FOMC da esperanzas! Me recuerda el caso de dos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México propuestos por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que ya en el cargo, votaron en contra de lo que él quería. Pero mi optimismo es moderado, ¡porque estamos en tiempo de canallas!

Adenda

1. Para 2026, “…se prevé una transferencia del Gobierno Federal por 263.5 mmp destinada al pago de amortizaciones de deuda de mercado y créditos bancarios contratados en años anteriores.” CGPE 2026. Pemex no se ha endeudado por transferencias del Gobierno Federal y no pago a proveedores.

2. Luego de la decisión de las calificadoras de riesgo, Pemex colocó 8 mil millones de dólares de bonos esta semana. Es deuda garantizada por el gobierno por lo que no deja de ser deuda pública, aunque se clasifique como contingente.

3. No se acabó la corrupción con entregarle a las fuerzas armadas las aduanas y los aeropuertos.

4. ¡Qué alguien les explique que déficit público es mayor deuda!

5. El amparo es para protegerse de los abusos de autoridad. La reforma a la Ley de amparo, va en el sentido contrario.

Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad

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