Durante décadas, en el noroeste de Chihuahua había una gran cantidad de tierras ocupadas por la vía de colonización voluntaria. Los pobladores del "estado grande" no eran conscientes de la importancia de contar con un título de propiedad y para principios del siglo XX, capitalistas locales y extranjeros pactaron grandes cantidades de tierra para su propio beneficio, sin importar si alguien vivía ahí.
En este Mochilazo en el tiempo, veremos algunos antecedentes del desarrollo del suceso ocurrido en Madera, Chihuahua, el 23 de Septiembre de 1965, conmemorando su 60 aniversario.
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El asalto a un cuartel militar por parte del Grupo Popular Guerrillero concluyó con la muerte de varios insurrectos y soldados, convirtiéndose en base para futuros movimientos armados y de protesta.

El gobierno permitió la apropiación desmedida de tierras
Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, la región de Madera, Chihuahua, fue un centro económico e industrial de gran relevancia. Sus riquezas y tierras la pusieron en el ojo de grandes inversionistas, en su mayoría extranjeros.
Su principal explotación se centró en minería y aprovechamiento forestal. Tanto el gobierno presidencial de Porfirio Díaz como el local del entonces gobernador, Enrique C. Creel, dejaron en bandeja de plata el bosque virgen chihuahuense a inversionistas internacionales, concediendo contratos y tierras a diestra y siniestra de manera gratuita, favoreciendo el influjo expansionista de Norteamérica.
Si había un terreno baldío, compañías o particulares traían sus equipos de topógrafos y hacían el trazo del predio a su gusto y merced.
Un caso de aprovechamiento desmedido de las riquezas chihuahuenses a finales del siglo XIX fue con el coronel estadounidense William Cornell Green. En Madera, el también empresario aprovechó el potencial para extracción maderera de la región, así como sus ricas reservas minerales de oro y plata.
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Entre los negocios de Cornell Green estaba el primer aserradero de la zona, así como un casino con bar, salón de baile, boliche y hasta pista de patinaje hecha con las mejores maderas de la entidad.
También tenía un hospital con laboratorio, sala de Rayos X y consultorios, así como el Hotel Madera, equipado con 66 habitaciones, sus respectivos baños, restaurante y oficina administrativa. Gracias a su explotación económica en Chihuahua y a un yacimiento de cobre en Sonora, Cornell Green fue uno de los empresarios más ricos de la época.

Al término de la primera década del siglo XX, la empresa del estadounidense quebró y decidió pagar a algunos de sus trabajadores con cigarros y alcohol, sin saber dónde quedó la bonanza de Green.
Sobrevinieron protestas laborales y las autoridades mexicanas en los tres niveles de poder se hicieron de la vista gorda ante la necesidad de los desempleados. Los afectados no hallaban con quién acudir en busca de apoyo o asesoría e incluso algunos fueron privados de la libertad y desaparecidos por las mismas fuerzas policiales.
William Cornell Green abandonó Madera y se trasladó a Cananea, Sonora, sin que autoridad alguna lo obligara a arreglar el desastre que dejó en Chihuahua ante sus trabajadores. Para cuando los jornaleros se enteraron de cómo podían actuar legalmente contra el estadounidense, ya había prescrito toda acción de defensa laboral.
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Durante décadas, empresas y particulares se aprovecharon de las tierras y habitantes chihuahuenses. Una de esas fue Bosques de Chihuahua, que afianzó y consolidó su poderío durante el gobierno presidido por Miguel Alemán entre los años 40 y 50.
Se solicitó una millonada de veces la derogación de las posesiones forestales que tenía la empresa, otorgadas por decreto presidencial. Esto provocó que ciudadanos fueran asesinados por sus demandas en la lucha por el campo, como ocurrió con el maestro rural Francisco Luján Adame, cuyo homicidio se ejecutó frente a su familia.

Primeros guerrilleros de México, el GPG
En los años 60, el campesino Salvador Gaytán resultó electo Presidente Seccional de la comunidad de Dolores, Chihuahua, justo cuando la compañía Cuatro Amigos realizaba despojos de tierra, golpizas, asesinatos y encarcelamientos arbitrarios e injustos.
Los caciques de Cuatro Amigos dinamitaron la pila de agua potable que abastecía a los pobladores para convertirla en corral para sus animales, además de ocupar las instalaciones viejas de la escuela como caballerizas y habilitar pesebres para engorda de su propio ganado en lo que era el huerto principal del pueblo.
Para 1962, Salvador Gaytán denunció a los responsables del terror que imperaba en su localidad, pero sólo obtuvo la indiferencia de las autoridades e incluso vio a quienes había denunciado recibir mayores privilegios.
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Ante tal situación y con su autoridad como Presidente Seccional, buscó recuperar los bienes, restaurar la pila de agua y solicitar al Gobierno del Estado un profesor para reactivar la escuela que tenía 28 años cerrada. Para el 12 de noviembre de 1962 llegó el maestro Árturo Gámiz García, originario de Durango, para dar clases a 85 niños de Dolores.
Los caciques y sus matones a sueldo, al ver cómo el pueblo de Dolores reparaba y restablecía todo lo destrozado, decidieron matar a Salvador Gaytán. Fue vigilado, perseguido y amenazado, pero no ultimado.
Con los ideales en común de Gaytán y el profesor Gámiz García para defender al campesino y obrero, dieron origen al Grupo Popular Guerrillero, primera unión guerrillera del país.

En noviembre de 1964, un periódico local publicó una carta enviada por Arturo Gámiz y Salvador Gaytán al entonces gobernador de Chihuahua, Práxedes Giner Durán, en la cual exigían la solución a los problemas derivados de la repartición de tierras y la erradicación de la represión, sólo entonces estarían dispuestos a dejar las armas.
Arturo Gámiz y el doctor Pablo Gómez visitaron varios estados del norte del país y también la Ciudad de México, en busca de apoyo y relaciones afines a su causa. Gámiz García siempre cuidó que la población entendiera que su rebelión en Chihuahua estuvo motivada por un gobierno local inepto, despótico y entregado a amparar, servir o proteger a los acaudalados.
Entre enero y agosto de 1965, el Grupo Popular Guerrillero se dedicó a defender a los campesinos de noroeste de Chihuahua, ante los recurrentes delitos y acciones reprobables de los caciques, quienes comenzaron a tomar mujeres como tomaban las tierras.
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Los guerrilleros aprehendieron a algunos viles, los desarmaron para quedarse con sus pistolas y a unos cuantos les perdonaron la vida, haciéndose notar entre pobladores y autoridades.
Pronto se prepararon para un movimiento programado al amanecer del 23 de septiembre de 1965. La mayoría de sus integrantes no tenía destreza en el uso de armas, así que improvisaron un campo de adiestramiento básico y se abastecieron de armamento con lo que arrebataron a un pequeño destacamento de soldados, además de rifles y pistolas que los mismos habitantes les donaron.

En ese 23 de septiembre, mientras el presidente Gustavo Díaz Ordaz estaba de visita por Coahuila, en Ciudad Madera corrió como pólvora la noticia de que un grupo de jóvenes encabezados por Pablo Gómez y Arturo Gámiz asaltaron el cuartel militar de la región, donde estaban cuando menos un centenar de soldados del Ejército Nacional.
El objetivo sólo era conseguir más armamento, pero la temporada de lluvias obstaculizó su plan. Uno de los arroyos que debían cruzar aumentó su caudal, impidiendo que los guerrilleros de refuerzo cumplieran con el horario previsto.
Ante la situación, Arturo Gámiz dio la orden para atacar a los militares con los pocos chicos y armas que tenía, decisión que costó la vida de algunos compañeros incluyendo la propia, superados en número, equipo y destreza.
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Algunas madres, esposas e hijas de los guerrilleros se encontraban cerca del lugar al momento del asalto y tras escuchar los primeros disparos asumieron que era poco probable que regresaran a casa con vida.
Las cifras entre muertos y heridos permanecen inciertas, ante la cautela del gobierno al ocultar información precisa. Varios periódicos crearon alarma nacional ante la “acción comunista”, ligando el asalto al cuartel militar con Fidel Castro, Mao Zedong y los soviéticos.

Extrañamente, los diarios estadounidenses ganaron la noticia a los mexicanos y se dieron el lujo de complementar sus reportes con un croquis del lugar de los hechos, nombres de los perpetradores y datos exclusivos que tardaron horas o días en aparecer en nuestros medios de información.
Los cuerpos de militares caídos fueron trasladados al cementerio en ataúdes, para recibir cristiana sepultura con la bendición de un sacerdote y un homenaje con sus respectivas salvas de honor.
Los cuerpos de Oscar, Antonio, Emilio, Rafael, Miguel, Salomón, Pablo y Arturo quedaron bajo resguardo del ejército. Por órdenes de la autoridad, los subieron a la plataforma de un camión para pasearlos por el pueblo, mientras la lluvia que cayó ese 23 de septiembre lavaba la sangre de sus jóvenes cuerpos; al final, los dejaron en el piso de la plaza local, a la vista de todos.
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A pesar de que los familiares reclamaron a los muchachos asesinados para realizar sus servicios funerarios, el gobernador Giner Durán se opuso. El dirigente estatal dio la orden de depositar en una fosa común los restos de los guerrilleros.
Fuerzas del orden cavaron un hoyo para arrojar como perros a aquellos valientes defensores de las causas justas; el mismo sacerdote que dio la bendición a los soldados caídos se negó bendecir a los guerrilleros. Sólo la familia de Salvador Gaytán recuperó el cuerpo del insurrecto para poder sepultarlo como se debe.

Práxedes Giner Durán no fue coherente ni fiel a sus ideales. En la época revolucionaria formó parte de la afamada División del Norte, cuya lucha defendía al campesino y combatía el despojo de tierras, misma misión que peleó el Grupo Popular Guerrillero.
Tal parece que a Giner Durán, al sentarse en la silla estatal, le ganó el hambre de poder y la ambición, coludiéndose con empresarios de alto nivel para permitir la tala inmoderada en la Sierra Madre Occidental.
Sí hubo sobrevivientes entre los guerrilleros que asaltaron el cuartel de Madera, aunque permanecieron en el anonimato para resguardar su seguridad e integridad de sus familiares. Algunos se vieron en la necesidad de cambiar de residencia a otro lugar del país e incluso fuera de.
El movimiento guerrillero de Madera de 1965 es considerado por muchos la antesala de los levantamientos y marchas ocurridas tres años después en la Ciudad de México.
Sin duda, el sector integrado por obreros y campesinos sufrió opresión y despojo de sus derechos humanos, sociales y laborales en el trascurso del siglo XX. Durante años, individuos como los guerrilleros del GPG, que valientemente dedicaron su vida a la defensa de la causa obrera o campesina, recibieron acusaciones de comunistas, acallados con amenazas, aprehensiones y hasta pagando con su propia vida o la de sus seres queridos.

- Fuentes:
- MADERA Razón de un Martiriologio/José Santos Valdes/México D.F. 1968
- MADERA 73 vida de una región chihuahuense/Miguel Ángel Parra/México 1973
- Las Armas del Alba/Carlos Montemayor/2003
- MADERA REBELDE Movimiento agrario y guerrilla (1959-1965)/Jesús Vargas Valdes/Chih, Méx/2015
- Madera 1965 - Página Web
- Universidad Texas El Paso UTEP
- Norte Chihuahua - Página web
- Madera - Página Web