Este 2025 se cumple un siglo del evento en París que le dio al arte una nueva faceta, una que ayudó a retratar la identidad y logros del moderno siglo XX. El auge del art déco sólo duró unas dos décadas, pero fue tan carismático que hoy perdura en construcciones, objetos e imágenes que todos conocemos.
En los años 20, líneas doradas en zigzag inmortalizaron rayos de luz, edificios con remates escalonados redibujaron el horizonte y elegantes aparatos anunciaron el futuro con reluciente cromo, todo de la mano de este icónico estilo.
El interior del edificio "New York Telephone", primer rascacielos art déco, tiene murales en que zigzags dorados simbolizan la energía eléctrica que sostiene las telecomunicaciones, giro de la firma que tiene su sede ahí. Foto: Evan Joseph/100 Barclay/Pinterest.
Mochilazo en el Tiempo comparte este breve recorrido por la historia y rasgos del art déco que va desde los lujos de la era de “El Gran Gatsby” hasta la clásica estética de los objetos y espacios futuristas.
El art déco marcó el lujo de los años 20 y 30
Entre abril y octubre de 1925 la ciudad de París organizó la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas. El objetivo era reafirmar la destreza francesa en el arte de decorar desde artículos de lujo hasta edificios.
El pabellón del almacén de Aux Galeries Lafayette era uno de tantos edificios art déco que nacieron para integrar la Exposición de Artes Decorativas de 1925. Wikimedia Commons.
Es probable que nadie lo viera venir, pero al final el estilo que predominó en la exposición corrió como pólvora y terminó por hacer eco en Europa, América y Asia hasta volverse típico de los años 20 y 30.
Recuerda al interior del Palacio de Bellas Artes en CDMX, pero es el vestíbulo del edificio Chrysler de Nueva York. El parecido se debe a la popularidad de este estilo en los años 20 y 30. Wikimedia Commons.
La “expo” del 25 desbordó muestras de creatividad que el público y expertos recibieron contentos, pero su mayor logro fue posicionar un estilo que cambió el look de la vida diaria en las ciudades de Occidente.
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La vida del art déco abarcó los años de entreguerras, es decir, del fin de la primera Guerra Mundial al inicio de la segunda, según el doctor en historia del arte Rodrigo Ledesma Gómez, de la Universidad de Monterrey, en su artículo ¿Qué es el art déco?.
El art déco sacaba partido de los colores metálicos, en que motivos frecuentes déco eran las líneas verticales, la vegetación y las figuras humanas, así como los halos de luz trazados con rectas concéntricas. Pinterest.
Aquel paréntesis entre épocas de austeridad por conflictos armados le permitió al mundo disfrutar de acabados relucientes y coloridos -presentes en inmuebles lo mismo que en vajillas- al mismo tiempo que recibió con brazos abiertos a los inventores más idealistas.
El edificio Eastern Columbia de Los Ángeles, con su distintiva fachada color turquesa, pareciera encapsular el año 1930 con su diseño art déco. Pinteresrt.
La moda y el diseño de interiores encontraron sus musas en el arte del Lejano Oriente y de África o en vestigios mesoamericanos, egipcios y griegos para hacer trazos geométricos en materiales como el ébano y el marfil, que daban un aire a juncos del Nilo o grecas antiguas.
Las influencias helenas y romanas del art déco se adivinan, sutiles, entre el mármol y el relieve de una figura atlética al interior del Sunset Tower Hotel de Hollywood. Pinterest.
Mientras tanto, la isla de Manhattan adoptó la Ley de Zonificación de 1916, que buscaba asegurar el paso de la luz solar y el aire a la calle con una medida que ordenaba a los edificios más altos disminuir su superficie construida en los pisos superiores.
Los rascacielos neoyorquinos que se hacen más y más angostos en su cima se deben a aquel contexto. A pesar de eso, la nueva ley fue un límite que el art déco supo explotar con su fascinación por los zigurats de Mesopotamia, o pirámides escalonadas, que inspiraron joyas visuales como la torre de Chrysler.
Tres edificios art déco: los dos de Nueva York, el Empire State (izq.) y el Chrysler (centro) priorizaban el diseño de pirámide escalonada, mientras que en el Carbide & Carbon (der.) de Chicago era un detalle más sutil. Pinterest.
En CDMX, edificios como "El Moro" (izq.) y "La Nacional" (der.) también tienen diseños inspirados en los zigurats, mientras que el "Ermita" (centro) se inclinó por las líneas verticales, también distintivas del art déco. Archivo EL UNIVERSAL/Colección Villasana.
Cabe mencionar que, como muchas tendencias en la historia, el inicio del art déco no tiene una precisión quirúrgica en la línea temporal. Un gran ejemplo son los bocetos “La nueva ciudad” (1914) del arquitecto italiano Antonio Sant’Elia (1889-1915), que diez años antes de la “expo” francesa del 25 legaron al mundo una visión futurista del urbanismo.
Sant’Elia falleció como combatiente en la “Gran Guerra”, pero sus ideas pronto cobraron vida en construcciones de todo el mundo, que aquí y allá tienen ángulos y formas que recuerdan a los trazos y propuestas del italiano.
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La influencia de Sant'Elia se ve en el edificio de la aseguradora Lloyd's (1986) de Londres. Con inspiración en el neofuturismo de los años 60, este innovador proyecto despejó los espacios interiores gracias a instalar en el exterior todos los servicios: energía, desagüe y aire acondicionado. Pinterest.
El art déco se movería a la misma velocidad que el resto de la vida moderna. El hallazgo de la tumba del faraón Tutankamón, la invención y producción en masa del primer plástico sintético y la fabricación de los primeros autos aerodinámicos fueron hitos científicos que nutrieron este estilo.
El interés de la época del art déco por las civilizaciones antiguas y remotas se notó también en el cine, con producciones como “Cleopatra” de 1934. Tanto el trono como las alas detrás lucían rasgos del diseño en boga. Pinterest.
Para 1966, el Museo de las Artes Decorativas de París hizo un recuento del estilo que se había inspirado en las pinturas del antiguo Egipto y en el moderno y sofisticado diseño industrial, del mismo modo que usaba desde maderas exóticas hasta nuevos materiales sintéticos.
Aunque en los sesenta el museo ya usaba el término “art déco”, como abreviación informal de arts décoratifs, fue hasta el 68 que se le quedó como nombre al estilo, gracias al libro del historiador de arte británico Bevis Hillier, quien lo trajo de vuelta en un plan más “retro”.
Con sus rectas sutiles y curvas simples, básicos del art déco, espacios como la estación de autobuses Greyhound, en Arkansas, cobraron un nuevo sentido nostálgico tras décadas en el olvido. Wikimedia Commons.
El art déco alcanzó objetos del día a día
Un país que aportó buena parte de los productos chapados en este estilo fue Estados Unidos, ya entrados los años 30. Como apunta el profesor Rodrigo Ledesma, un primer periodo del art déco fue de 1920 a 1929, que nació en Europa y lució referencias a culturas extintas de todo el mundo y patrones geométricos, como se vio en las salas de cine ambientadas o en los jarrones del decorador Jean Dunand.
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El turno de los diseñadores estadounidenses llegó con la recuperación económica tras la crisis de 1929. Humanos atléticos -siempre en trazos geométricos- llevaban las riendas del futuro, cuya tecnología cobraba curvas rígidas con líneas rectas para expresar su virtud aerodinámica.
Entre los catorce edificios del Rockefeller Center de Nueva York, destaca la entrada del 30 Rockefeller Plaza, donde un mural art déco representa a la sabiduría como "una voz desde las nubes". Pinterest.
De este modo nacieron estilizados vehículos que, además de representar el progreso de la ciencia aplicado a la vida urbana, le dieron identidad gráfica al ideal del futuro.
Así fue como, novedoso y elegante, el Chrysler Airflow (“flujo de aire” en inglés) comenzó a circular por las calles. Más que pura estética, este modelo presumía ser el primer automóvil diseñado en un túnel de viento para optimizar su aerodinámica.
Entre las medidas para disminuir la resistencia del viento, Chrysler usó una parrilla vertical, faros semi integrados y un parabrisas dividido en forma de cuña. Wikimedia Commons.
Esta cualidad fue tan valiosa en la década de 1930 que dio pie al término streamline (“flujo laminar”), que definió por igual una tendencia en las máquinas como en la segunda etapa del art déco.
La anatomía de las aves fue una inspiración principal en el desarrollo del Airflow, por lo que esta elegante insignia iba sobre el cofre. Wikimedia Commons.
De ese modo, un coloso de hierro que sorprendió tanto a locales como a foráneos de Nueva York a Chicago fue el tren Mercury de la General Electric. Su autor, Henry Dreyfuss, tuvo la idea de forrar la locomotora para ocultar sus habituales tuberías rebuscadas con lustrosas placas de metal.
No es difícil ponerse en los zapatos de los viajeros de los años 30 y preguntarse si el Mercury no mostraba las partes de su locomotora por haber alcanzado una tecnología que no las necesitaba. Nada mejor para dar la imagen de avance científico. Wikimedia Commons.
El resultado no era sólo imponente, sino que les permitió a los viajeros desplazarse a la entonces impensable velocidad de 130 kilómetros por hora, como bien recuenta la National Geographic.
Vale la pena notar que la evolución del diseño de vehículos al estilo streamline también le dio al mundo las bases para ilustrar ideas de la ciencia ficción. Esto no es de extrañarse, pues una de las premisas del futurismo era dar “borrón y cuenta nueva” respecto al arte del pasado.
El modelo Escarabajo 1936, de la firma Stout, es un buen ejemplo de vehículos de los años 30 que tienen un leve parecido con las naves espaciales de obras de la ciencia ficción. Wikimedia Commons.
Ahí encontramos una explicación razonable: las imágenes de naves y bases espaciales daban esa impresión de “venir del futuro” porque, en efecto, nada en su aspecto recordaba al gradual avance de la tecnología que el público conocía.
Ahora bien, ver la decoración streamline en utensilios de cocina sin duda es cómico si recordamos el concepto. Bien dice el propio Bevis Hillier, “Una tetera streamline es más bien una propuesta absurda -la tetera de la abuela no necesita moverse rápido- pero aún así las hay teteras streamline”.
Dice Hillier que las teteras no necesitan ser más rápidas, pero quizá hubo quien sí pensó en planchar más rápido con su plancha streamline. Pinterest.
Sin embargo, un artículo doméstico muy común del art déco que ya está muy lejos de ser la imagen del futuro es el teléfono fijo. Esos aparatos que tenían una base con numerales en un disco y encima la agarradera para el micrófono y el auricular, quedaron muy atrás de la pantalla de cristal que hoy cabe en la palma de la mano.
El “Type 232” de firmas como Philco y General Electric, acabado en bakelita (primer plástico sintético) fue un teléfono muy propio del art déco, desde el aspecto hasta la decoración.
El teléfono de bakelita, la resina que sintetizó Leo Baekland en Estados Unidos, se convirtió en un ícono de la telecomunicación del siglo XX desde su lanzamiento en los años 30. ESPECIAL.
Del mismo modo en que la imagen de aquel teléfono da la sensación de haberlo visto antes, patrones decorativos como los de la cerámica Shelley, hecha en Inglaterra, pueden dar la misma impresión.
La fábrica de vajillas Shelley supo trasladar a la cerámica las formas geométricas de los años 20, cuando eran símbolo de sofisticación. Pinterest.
Los posters modernos, obras del art déco
Una cualidad insignia del art déco fue que daba la impresión de inundar la vida de los citadinos. Para ello, fue esencial un objeto que solemos notar sólo por un instante, y que fue diseñado con esa precisa intención: el cartel.
También llamados posters o afiches, se trata de una forma de publicidad que hoy sin duda se hace presente en la vida de millones de personas en todo el mundo. El pionero en demostrar el potencial de crear armonía entre líneas, colores y tipografía fue “Cassandre”, exponente del art déco.
Cassandre creó promocionales del SS Normandie, transatlántico francés de 1935 que en su momento fue el barco de pasajeros más grande y lujoso del mundo. A primera vista se nota la estructura que aún impera en carteles de cine y entretenimiento. Pinterest.
Adolphe Jean-Marie Mouron (1901-1968) fue el diseñador gráfico detrás de aquel seudónimo y se le considera inventor del cartel moderno. Tenía un revolucionario talento en causar impacto a través de composiciones simples, memorables y comunicativas.
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A primera vista, la obra de Cassandre revelaba sus influencias como artista (cubismo, futurismo y hasta surrealismo). Pero hay más: era un visionario que entendió la importancia que podía tomar su arte para una sociedad en que el consumo crecía más y más.
Para que los ajetreados habitantes de las ciudades modernas consumieran un producto o servicio, era necesario llegar a ellos en medio de la acelerada vida urbana. Como dice el antropólogo Giancarlo Gomero, para Cassandre era claro que hacía falta activar un nuevo lenguaje comunicativo.
El "Nord Express", prominente ruta de trenes que conectaba Francia con Europa del Este, también tuvo carteles de trazos geométricos, simples pero imponentes, de la mano de Cassandre. Pínterest.
Por eso es que el diseñador gráfico diría que “Un cartel está dirigido al apresurado viandante, hostigado por un alud de imágenes de todas clases, ha de provocar sorpresa, violentar la sensibilidad y señalar la memoria con una huella indeleble”.
Esta propaganda (1925) del diario “El Instransigente” de Francia, elaborada por Cassandre, representa a una persona conmocionada mientras recibe información del público que le rodea. Pinterest.
La frase del astronauta Neil Armstrong en 1969 al iniciar la caminata lunar, de que es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad, aplica quizá incluso mejor al artista de los primeros carteles, que con las líneas y colores del art déco cambió la historia del consumo para todo el globo.
Hablar del diseño del art déco podría tomar toda otra entrega, pero un nombre que no puede faltar es el de Roman P. Tyrtov, más conocido por el seudónimo de “Erté”.
Erté continuó sus trabajos creativos hasta sus últimos años de vida. “Noche esmeralda” es una pintura de 1987 que demuestra que no perdió el toque, a pesar de haber realizado infinidad de prendas, ilustraciones y esculturas. Pinterest.
Nacido como aristócrata ruso, huyó del futuro como militar en la corte zarista que le asignaba su familia para ser un “todólogo” en Francia: diseñador gráfico y de vestuario, de joyería, de moda y hasta de escenografía.
Casi como un polo opuesto al sobrio y moderno Cassandre, Erté se caracterizó por lo suntuoso, lo exótico y la nostalgia por culturas extintas, siempre reinterpretada para lucir en las modelos y actrices del momento.
Todo en esta portada de 1927 de Harper's Bazaar, con la firma de Erté abajo a la derecha, es una declaración del orientalismo lujoso pero de trazos simples que buscaba el art déco. Pinterest.
Gracias a ello, sus ilustraciones fueron un distintivo de las portadas de las revistas de moda, en especial la histórica Harper’s Bazaar. Ambos estilos, el de Cassandre y el de Erté, influyeron en nuestro antiguo semanario El Universal Ilustrado, que tuvo prácticamente la misma vida que el art déco: de 1917 a 1939.
Para el mundo de la moda en los años 20 y 30, las propuestas de Erté eran irresistibles. Su infancia en la corte zarista le dio bagaje esencial para ilustrar la belleza de Oriente. Pinterest.
Las líneas, la influencia oriental y la tipografía: el art déco en EL UNIVERSAL. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Cien años pasaron ya desde la “expo” parisina que alborotó al mundo con las artes decorativas, pero no es un arte del que haga falta tomar clases para distinguirlo.
Tan sólo la casa de cine Warner Brothers tiene como look clásico de Metrópolis y Gótica, hogares de Superman y Batman, un par de ciudades donde impera el art déco, en especial en los cómics y series animadas.
La serie animada de Superman se transmitió en 1996, pero el estilo del art déco, con su inspiración modernista, ayudó a que la serie transmitiera sofisticación que resonara con la audiencia. DC Comics/Pinterest.
Mismo caso con el mundo de Harry Potter, donde la saga Animales fantásticos recurrió en primer lugar a la misma estética para ambientar las aventuras de magos en la Nueva York de los años 20.
Pero no hacen falta las historias de ficción y fantasía, en especial en lugares como CDMX, donde el ciudadano de a pie puede recorrer calles engalanadas por edificios que resaltan su toque art déco en medio de los palacios y casonas virreinales.
Después de todo, como bien resume Bevis Hillier, “el art déco brilló con tanta intensidad entre los años 20 y 30 que su resplandor sobrevive”.
- Fuentes consultadas:
- Art déco Society of Los Angeles. “Bevis Hillier and the Art Deco Revival”.
- Barker, Nat. “Dezeen's A to Z of art deco”, en Dezeen. 29 de abril 2025.
- Crook, Lizzie. “Ten art deco structures that encapsulate the 1925 Paris Exposition”, en Dezeen. 31 de marzo 2025.
- Gomero, Giancarlo. “Cassandre, creador del cartel moderno”, en El País. 11 de diciembre 2013.
- Hillier, Bevis. "I wrote the first English book on art deco", en Dezeen. 10 de marzo de 2025.
- It Museum. “Brightest London: Art deco in London Transport posters”.
- Ledesma Gómez, Rodrigo. “¿Qué es el art déco? Segunda parte” en Laberintos, recuperado desde Internet Archive: Wayback Machine.
- Peacock, Amy y Wong, Gabriela. “Nine surprising art deco hotspots around the world”, en Dezeen. 19 de marzo 2025.
- Sadurní, J.M. “El Mercury, el tren futurista que recorrió Estados Unidos”, en National Geographic. 21 de febrero 2024.
- Tesler, Francesca. “Everything you need to know about art deco”, en Dezeen. 29 de abril 2025.
- Visual Arts Cork. “Art déco (c. 1925-1940)".