La amenaza creíble busca presionar con consecuencias claras y factibles transmitiendo la idea de que sí se cumplirá de no haber cambios. Una manera sencilla de interpretar las durísimas señales previas y dentro de la visita de Marco Rubio a México se da justamente bajo esa premisa.

Comenzando con el anuncio del gobierno de Trump que “lanzó un ataque letal” contra un “barco con drogas” que presuntamente salió de Venezuela en momentos donde la tensión con la dictadura de Maduro está en plena escalada. Y después no sólo informar sino difundir el hecho públicamente con el mensaje implícito de que se tiene la capacidad y la voluntad de actuar unilateralmente contra las redes narcoterroristas y el país que no colabore, las acciones se podrán llevar a cabo en su espacio.

La voluntad demostrada por el magnate cuenta porque ha demostrado de manera contundente la prioridad en su narrativa.

Lanzar elogios a la presidenta Sheinbaum para rematar con que “México está dirigido por los cárteles” (sic) subraya que el problema del país trasciende la figura presidencial y que el poder real está en manos de las organizaciones criminales. El mensaje velado parece tener dedicatoria al tiradero regado por el ausente más presente.

Y el remate de las declaraciones de Rubio sobre la operación en el Caribe contra el “barco con drogas” para no especular con lo que pase en el futuro, abre un abanico de posibilidades.

La guillotina estadounidense cae cuando se declara que “...vamos a enfrentar a los cárteles de la droga donde quiera que estén y dondequiera que operen...”

La misión republicana es hacerlos estallar. Erradicarlos. Aniquilarlos.

No hay espacio para la imaginación o un wishful thinking mexicano; esas operaciones militares se llevarán a cabo mientras Trump sea presidente de los Estados Unidos. Si el gobierno de Sheinbaum jugaba con la idea de que en la visita de Rubio se firmaría un convenio vinculante o un acuerdo en materia de seguridad bilateral, es no conocer la psique y/o el universo interior del magnate. Trump no quiere compromisos. Tiene la mano ganadora. Ceñirse a un convenio limita margen de maniobra para acciones unilaterales contra las organizaciones narcoterroristas.

Aunque la retórica del presidente estadunidense es dura, en su marco mental también está la conciencia pragmática: México es socio comercial indispensable y pieza clave en el nuevo reacomodo geopolítico global donde China y Rusia se presentan como contrapesos a los Estados Unidos.

El estilo de negociación basado en la presión directa y la intimidación es su herramienta para mantener su plan y alinear a Sheinbaum que se bate y debate en las cañerías mexicanas morenas de la hidra político-criminal.

No sorprende entonces que en medio de la miel y sonrisitas de la conferencia de prensa Rubio-De la Fuente, el primero lance que los criminales entregados en fechas recientes empiezan a dar testimonios y detalles. Una vez más se asoma la ambigüedad deliberada.

La visita terminó con el anuncio descafeinado de un grupo bilateral de alto nivel para seguir cooperando en materia de seguridad.

Ya que de una reunión Trump-Sheinbaum, ni hablar.

@GomezZalce

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios