Es preocupante aceptar, como dicen algunos autores y lo manifiestan en sus publicaciones, que las fuerzas armadas de México enfrentan una encrucijada sin precedentes; con ello no podemos más que estar de acuerdo. Habría que partir de cuáles eran los objetivos establecidos desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como las leyes secundarias, las legislaciones de las secretarías de Marina y la Defensa Nacional, junto con la Fuerza Aérea Mexicana, para tratar de entender la nueva supuesta funcionalidad que estos organismos militares han emprendido y que ahora distan mucho de seguir los lineamientos de antaño.
Significa una enorme pena —y no deja de ser una gran preocupación para la confianza ciudadana— haber permitido que estos esquemas sean cada vez más diferentes a lo que significan los valores y la mística de los cuerpos militares y navales, que hayan cambiado de tal manera que hoy su organización ni se ve ni se siente.
Hemos deambulado por caminos diferentes que no arriban a ninguno de los resultados deseados por los mexicanos, y que se traducen cada vez más, y día con día, en una mala y peor percepción pública sobre la seguridad comentada.
Julio A. Millán, Presidente del Consejo Editorial de la “Revista Armas”, en su artículo presentado en la edición de noviembre de esa publicación, ejemplifica con los resultados de la Encuesta de Seguridad Pública Urbana realizada por el INEGI, y que corresponde al segundo trimestre de este año, la cual manifiesta la pobreza de resultados en torno a la percepción de la población sobre la seguridad pública, en al menos una ciudad de cada entidad federativa y las 16 alcaldías de esta urbe. Comenta Millán que la inseguridad se ha acrecentado y se observa una clara tendencia ascendente.
Infortunadamente la delincuencia se incrementa en todo nuestro país, aumentan los grupos delictivos y nuevos cárteles que se desprenden de los ya existentes y van cobrando fuerza y territorio. Hay entidades federativas en las que dichas fuerzas del mal se han ampliado de tal manera que conjugan ya prácticamente a todos los municipios con resultados que hacen temblar a los buenos ciudadanos y sus familias, afectando las zonas que habitan y donde ejercen su actividad productiva.
El excelente artículo al que he hecho referencia menciona una sociedad que ha roto sistemáticamente con la seguridad. Yo no puedo menos que subrayar que, efectivamente, este rompimiento obedece a varios factores: uno, la falta de orden y organización por parte de los responsables de los programas de seguridad en el país, desde su orden hasta la selección y capacitación del personal que en ellos se desempeña; otro es la inadecuada inversión de los recursos dedicados a ello. Además, no se ve intención alguna de poner en contacto a la ciudadanía con sus fuerzas armadas, lo que impide que los ciudadanos tengan ante quien recurrir para expresar sus necesidades y problemas al respecto.
Cuando hablo de orden y organización me refiero a una estructura idónea de la policía nacional, de la Guardia Nacional, del Ejército y la Marina, incluidos para saber qué le toca a cada quién, y cómo lo ha de desarrollar.
Me refiero también a la estructura casi inexistente del cuerpo de seguridad de Estados y municipios, que debieran funcionar y esto no ocurre en México.
Cómo es posible que los instrumentos de coordinación e inteligencia accionen si no existe la tabla de salvación que ofrece el establecimiento de procesos, reglamentos, normas y otros lineamientos. Obviamente, no hay brecha a la que se pueda recurrir, solamente nos encontramos ante un abismo de carencias y fallas.
Esperamos día a día estos resultados que provienen del orden y organización que no encontramos y que conllevan la obligación de establecer el gran organismo de la seguridad del país, así como las instituciones que de él deriven, con sus procesos de coordinación, en la comunicación, en la inteligencia e investigación y, fundamentalmente, en los resultados por recibir que tanto espera la sociedad.
Excomisionado Nacional de Seguridad y excomisionado nacional contra las Adicciones

