Los eventos deportivos alrededor del mundo son generados por empresarios audaces, que invierten su tiempo y talento para colocar a sus respectivas ciudades en el aparador de los medios de comunicación, convirtiéndose no sólo en un acto estelar (llámese futbol, automovilismo, basquetbol y torneos de tenis, entre otros).

Para el país, es igualmente una enorme promoción de turismo y un generador de empleos (algunos permanentes y muchos otros temporales).

Los torneos, de cualquier tamaño (desde infantiles hasta profesionales), crean impactos económicos importantes para la localidad, ya que la industria del transporte, hotelería, alimentos y bebidas, publicidad y difusión de la disciplina deportiva, entre otras, impactan económicamente en las actividades rutinarias y los habitantes dedicados al ámbito comercial son los más beneficiados.

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Un ejemplo claro es el futbol, con sus Ligas y sus estadios. El día del partido, por lo regular, es cada dos semanas, cuando se trata de la Liga profesional, que es operada por el empresario dueño del equipo y sus directivas, involucrando a los medios de comunicación para que difundan sus diversas actividades, las nuevas contrataciones, su nueva playera, la actividad de los espectadores en el estadio, los grupos de animación, sus vendedores dentro y fuera del inmueble, la venta de alimentos y bebidas, los comerciantes que ofrecen las prendas originales de la marca patrocinadora y hasta la misma piratería... Todo ayuda a la difusión del equipo local y la venta de boletos.

El gobierno del estado juega un papel muy importante, pues —en algunas ocasiones— es el dueño del estadio y lo concesiona a los propietarios de los equipos, aunque en otras no, ya que los mismos dueños de los equipos tienen su inmueble y lo operan, con los permisos correspondientes.

El factor “seguridad”, con policías y grupos privados, es muy importante, ya que se deben controlar grandes cantidades de personas que se reúnen en un mismo escenario, donde se desborda la pasión, la rivalidad y también suele venderse mucha cerveza.

El empresario no la tiene tan fácil, pues —primeramente— debe justificar su inversión y contar con un equipo ganador, que genere interés en la localidad, además de que se promueva y se difunda positivamente la imagen del equipo, que genere interés a patrocinadores y que la televisión difunda el partido para los seguidores que no asistieron al estadio.

Y así es con cualquier evento deportivo. El gobierno, por lo regular, apoya invariablemente estos esfuerzos, pues la difusión de la imagen de la ciudad y del país es increíblemente positiva.

El Mundial de la FIFA en 2026 será una plataforma espléndida para México.

luis@vamosdeportes.com

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