Los pronósticos de una tasa de 7% en la tasa de referencia al final del año, parecen cumplirse. La autoridad monetaria siguió recortándola en noviembre en un cuarto de punto porcentual (para llevarla a 7.25%) y todo parece indicar que harán la misma disminución en diciembre; la duodécima consecutiva.

La decisión de esta baja se sustenta en la menor tasa de inflación anual registrada en octubre de 3.57%; los datos de una mayor desaceleración económica y la postura de flexibilización de la Reserva Federal (Fed).

El retroceso experimentado en la economía mexicana en el tercer trimestre del año de 0.3%, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), prendió alarmas, sobre todo por el estancamiento que muestran las actividades secundarias; el freno a la inversión y la debilidad que acusa el mercado laboral. En realidad, desde 2023 la economía mexicana no ha logrado superar 1% en el crecimiento trimestral y ahora nos parecen aún más lejanos los aumentos, incluso, de 2%. Es más, la mayoría de los indicadores presagian un período prolongado de atonía y si bien todos los pronósticos apuntan a una mejoría en el crecimiento económico en 2026 (1.4% vs. 0.5%, este año), estamos por debajo del promedio de largo plazo.

Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles como: energéticos y alimentos no elaborados y que refleja la tendencia de largo plazo, alcanzó 4.28% en el mismo periodo de tiempo; nivel por arriba del objetivo de Banco de México, lo que sugeriría mayor prudencia en la continuidad de las bajas en la tasa de referencia. Por lo que, no sorprendería una pausa, a principios del año próximo y mayor gradualidad.

Hay que considerar las presiones por el alza de los impuestos a productos como: alcohol, refrescos, tabaco, videojuegos violentos y de los aranceles a países que México no tiene tratado comercial, incluyendo a China. La autoridad monetaria tendrá que evaluar el impacto sobre los precios y no alterar las expectativas inflacionarias, máxime cuando la inflación de servicios ha mostrado resistencia a la baja.

A su vez hay elementos como la apreciación cambiaria que darían margen a mayores recortes sin comprometer el proceso desinflacionario y la tasa de interés de referencia llegue a 6.5% al final de 2026, tan solo medio punto por arriba de lo originalmente previsto.

Hacia el cierre del año el escenario base, continúa siendo cauto, pero positivo, si el crecimiento sigue siendo lento, pero evade una recesión fuerte y la inflación se sostiene moderada. Y frente al exterior se mantiene la expectativa de que el Fed siga recortando tasas, si bien el escenario se ha complicado por los vacíos que dejó el cierre del gobierno de Estados Unidos; la información irá fluyendo “poco a poco”. Sin duda el Banco de México adoptará una mayor postura de cautela.

Catedrática de la Anáhuac Graduate School of Business de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad Anáhuac México y consejera independiente

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios