Se trata de Irene Vallejo, extraordinaria literata, y de “El Futuro Recordado”, uno de sus libros de ensayos breves pero profundos, producto de sus columnas publicadas en España. Corresponde a la sociedad y la clase política hacer las reflexiones. Hago cita textual de verdaderas cápsulas de sabiduría, ética y educación cívica aplicables a nuestro país. Lamento que nuestra sociedad no reaccione frente a lo que nos afecta y espero que pronto decidamos que es indispensable vivir un cambio profundo. Irene Vallejo ha dicho que:
“La mecánica del poder esconde inquietantes efectos secundarios… Bárbara Tuchman escribió que la personalidad de los líderes propende a la vanidad y a veces degenera en narcisismo patológico. En su opinión, el mando produce ceguera, impidiendo pensar con mesura y razón… (y) cuando el poder pierde los estribos, lo épico termina por resultar patético... Cuando ya no pueden defender su inocencia, los corruptos suelen lanzar una acusación colectiva: el sistema funciona así… (y,) como última coartada y justificación, extienden la mancha de la sospecha… La honradez se encuentra en lugares menos iluminados por el éxito, la ostentación y la arrogancia.
Había una vez un mundo sin leyes, donde la voluntad de jefes tribales, caudillos y nobles era la única fuente del derecho… Cicerón, filósofo y político escribiría: Somos esclavos de la ley para poder ser libres. El pensador romano… sabía que sin leyes públicas y compartidas los derechos no son más que papel mojado… en ese vacío no somos más libres, sino que volvemos a ser súbditos de la arbitrariedad de los poderosos.
Entre regiones, países y religiones surgen… resentimientos históricos que se enquistan e impiden entablar diálogo. Así lo entendió hace veinte siglos el griego Plutarco… En uno de sus ensayos avisa del peligro que representan los gobernantes obcecados en alimentar los rencores de su pueblo como fuente de poder y privilegio. Allí nos deja una reflexión de impecable actualidad: La política se define precisamente como el arte de sustraer al odio su carácter eterno… La memoria es valiosa, pero en ocasiones resulta aún más necesario obviar el historial de abismos… En la vida privada como en la pública, las recriminaciones inagotables son agotadoras.
A veces algo huele a podrido en las bambalinas del poder… el viejo hedor vuelve a la superficie, despertando una angustia antigua: el miedo a una autoridad descontrolada… Montesquieu propuso resolver este problema político con la separación de poderes y, desde entonces, las democracias se dotan de instituciones de control mutuo. Sin embargo, las garantías nunca son absolutas y la corrupción se cuela por las grietas del sistema. Por eso, la pregunta de Juvenal (el poeta romano) sigue vigente: quién nos protegerá de quienes nos protegen… El rostro más sombrío del poder nos amenaza cuando los que mandan se desmandan.
¿Puede morir una democracia? Ya sucedió… y tardó milenios en revivir… Aristóteles escribió que en política todo es posible y nada es definitivo. Cada sistema posee un riesgo que… amenaza con hacerlo fracasar. En el caso de la democracia ese peligro tiene el nombre de demagogia… El demagogo, recordémoslo, es quien promete protegernos de los enemigos que nos fabrica… Desde tiempos remotos existen políticos hábiles en… técnicas de distracción… Hoy vivimos inmersos en una sucesión de polémicas tribales que arden y se enfrían a velocidad vertiginosa… a menudo fijamos la atención en pantallas de humo creadas por individuos prestigiosos que no son sino prestidigitadores”.
Hasta aquí los argumentos de Irene Vallejo. Es cierto que el problema no es sólo nuestro, pero es el que nos toca resolver. Para ello la política debe ser distinta. Los políticos y sus partidos deben actuar en un marco ético distinto y la sociedad participar con determinación.
Exrector de la UNAM. @JoseNarroR