Hay factores que limitan e incluso impiden cumplir con tareas de gobierno, de liderazgo, coordinación y dirección. Esto es válido en el ámbito de lo público, en lo privado y también en el sector social. Entre algunos factores que lo explican encuentro el desapego a la verdad, la cerrazón al diálogo, el rechazo de la pluralidad y los diferentes, al igual que la intolerancia y la falta de respeto al valor de la palabra y su incumplimiento.
Por otra parte, me parece muy preocupante lo que ha pasado en los últimos meses con el sistema de justicia del país. Hemos transitado de la desvergüenza de los “acordeones” para elegir ministros, magistrados y jueces, hasta la pretensión de revisar lo ya juzgado, pasando por numerosas ocurrencias, los “nuevos” ritos, y la falta de ética y de conocimiento. Todo esto sumado a las deficiencias y rezagos del pasado.
Por ello he decidido que en esta y en la próxima entrega me referiré a una tarea emprendida por la UNAM mediante su Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad León, y la Universidad de Guanajuato, que ejemplifica la importancia de la educación superior y de algo que requiere con urgencia el país y que debe estimularse: la identificación de nuestros pendientes y el planteamiento de las soluciones; la libre discusión de las ideas y la búsqueda de acuerdos; la aceptación del diferente y el reconocimiento del valor de la palabra.
Nuestras dos instituciones cuentan con la Cátedra Extraordinaria “Educación para el Desarrollo Social y Humano” a través de la cual recientemente se organizó un programa en el que participaron dos extraordinarios académicos españoles: los doctores Esther Giménez-Salinas i Colomer y Ángel Gabilondo Pujol, respectivamente exrectores de las universidades Ramón Llull y Autónoma de Madrid y en la actualidad Defensores de las Personas de Cataluña y del Pueblo Español.
La primera reunión organizada fue el “Conversatorio por la Paz, la Justicia Restaurativa y el Respeto a los Derechos Humanos”, coordinado por la Maestra Leticia Cano, que contó con la participación del Coordinador de Humanidades y la Directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Destaco tres mensajes relevantes: la desigualdad y la pobreza son, en el mundo, parte importante de los grandes problemas y elementos que bloquean derechos humanos fundamentales. También se dijo que niñas, niños y adolescentes son parte de los grupos que sufren mayor incumplimiento de sus derechos y de acceso a la justicia. Igualmente se comentó que en la sociedad moderna falta mucha capacidad para escucharnos. Estos tres asuntos son parte de los déficits de México.
En Guanajuato se dictaron cuatro conferencias. Dos de ellas tuvieron lugar en la ENES y las otras dos en la Universidad de Guanajuato. La profesora Giménez-Salinas se refirió a la justicia restaurativa como cultura de paz en las universidades y a la edad de tener derechos, mientras que el profesor Gabilondo habló de los deberes y obligaciones en el sistema de derechos humanos y de la educación como apuesta por la convivencia democrática.
En las presentaciones se hizo énfasis en la necesidad de que las sociedades, incluidas las universidades, mejoren su organización, sus políticas, programas y acciones para incrementar la calidad del debate, la participación de ciudadanos e integrantes de la comunidad, además de poner en práctica los ajustes jurídicos y normativos que favorezcan una mayor convivencia, con niveles superiores de respeto a los derechos humanos de las personas, un trato jurídico pertinente para todos y la generación de modelos que sirvan para la mejora continua. En la próxima entrega analizaré lo discutido.
Exrector de la UNAM @JoseNarroR

