La temporada de Fórmula 1 vive sus últimos 30 días de actividad, con la tensión en el campeonato entre los pilotos de McLaren, Lando Norris y Oscar Piastri. Sin embargo, corre el tiempo a contrarreloj para 2026, cuando la máxima categoría tendrá un reinicio a partir de nuevas reglas, en donde Cadillac apuesta —junto con Sergio Pérez— a un elemento que puede ser crucial para tener una buena campaña de debut.
Este elemento es el británico Pat Symonds, un viejo lobo de mar en la F1, experto en un área crítica para cualquier equipo y más de cara al próximo año: La técnica. Patrick Bruce Reith Symonds, conocido en el paddock como Pat, tiene un largo historial, desde trabajar con Ayrton Senna en su debut con Toleman, hasta ser sancionado por participar en el Crash Gate de 2009, en el cual, luego de aceptar su participación, se disculpó, manifestando su “eterno arrepentimiento y vergüenza”.
Symonds ha sido pieza clave en cuatro campeonatos del mundo: Dos con Michael Schumacher en Benetton, como ingeniero de carrera del Káiser alemán, y dos más como director ejecutivo de Ingeniería, con Fernando Alonso, en Renault. Fue consultor del equipo Virgin/Marussia y director técnico en Williams, al cual llevó de ser noveno en el campeonato de constructores de 2013 a finalizar tercero un año más tarde.
Su experiencia está más que probada en F1, pero un factor esencial para su fichaje en Cadillac, como consultor ejecutivo de ingeniería, radica en un punto fundamental: Symonds fue durante siete años (de 2017 a 2024) director técnico de la Fórmula 1. Bajo su gestión, estuvo el regreso del “efecto suelo” que hoy tenemos, pero —sobre todo— la creación del nuevo reglamento que entrará en vigor en 2026, el cual incluye la eliminación del DRS, la nueva aerodinámica activa (modo Z y modo X), la reducción del tamaño de los coches y la nueva unidad de potencia (50% motor de combustión y 50% eléctrico).
Puntos a favor para Cadillac y Checo; bien por ellos. Los estadounidenses se llevaron literalmente al que escribió las nuevas reglas. En F1, que esta clase de altos mandos terminen como ejecutivos de equipo, podrá ser una pifia reglamentaria, pues si alguien tiene todo el conocimiento y las maneras, no sólo de cumplir, sino de saber dónde están las posibles lagunas o áreas grises de las nuevas normas, es precisamente Symonds. El británico tiene hoy el campo libre en un equipo con vastos recursos económicos para hacerlo bien, como en su momento pudo conseguirlo en Benetton o Renault.
Será cuestión de tiempo para saber si Checo Pérez y Cadillac pueden, de la mano del inglés, convertirse en el nuevo Caballo Negro de la F1, para deleite de los aficionados, que cuentan los días para el inicio de la nueva temporada.

