Se está librando una importante lucha contra el crimen organizado en México, luego de que en el sexenio pasado prácticamente se les dejó operar con impunidad. Hay que reconocer al actual gobierno federal su iniciativa y determinación, pero también hay que dar cuenta de lo enraizado que está el crimen al interior de instituciones públicas. Aquí un ejemplo: el OIC de la FGR, tomado por el crimen organizado.
Las investigaciones están en curso, pero el cesado titular del Órgano Interno de Control (OIC) de la Fiscalía General de la República (FGR), Arturo Serrano, quien estaba en el cargo desde 2019 y había sido nombrado y luego vuelto a ratificar por la Cámara de Diputados hasta 2027, trabajaba para el crimen organizado. Este personaje había estado en el gobierno por muchos años: ISSSTE, Cofepris, SAT-Aduanas, Profeco y FGR. Pero, con lo que abajo se narra, se le ubicó colaborando con un cártel basado en Jalisco.
Sobre Serrano y nueve colaboradores, todos ellos ya cesados por el fiscal Alejandro Gertz, penden ya varias investigaciones judicializadas por la propia FGR que van desde tráfico de influencias, hasta delitos contra la administración de la justicia. Pero lo que parece ser el delito más grave que han encontrado es que la droga incautada (cocaína) la suplantaba por leche en polvo para bebé.
¿Cómo operaban? Utilizando el cargo de OIC de toda la FGR lograron darle una interpretación a las normas internas para ellos tomar el control de varias bodegas de indicio en donde había depósitos de droga incautada por las delegaciones estatales de la FGR. Luego de que con criterios legales “mareaban” a la estructura regional de la FGR, tomaban el control de bodegas y sustituían la droga por fórmula de bebé. El caso más documentado aconteció en Guanajuato, en donde incluso se fabricaron tabiques iguales a los incautados, pero con leche en polvo en lugar de cocaína. Así, en las bodegas de la FGR se retenía fórmula láctea y se le regresaba lo incautado al narco. En Guanajuato el cargamento alterado habría sido de 900 kilogramos. En el resto del país se investigan decenas de toneladas sustituidas.
Cuando los elementos corrompidos del OIC se supieron descubiertos por la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) de la misma FGR, a cargo del experimentado Alfredo Higuera, y vieron que estaban por caerles a las bodegas con la droga sustituida, adelantaron la quema de tabiques con fórmula láctea: querían borrar toda evidencia. De hecho, cuando llegó la FEMDO, la quema estaba en pleno proceso, pero uno de sus agentes tomó un traje contra incendio y se metió al centro de la hoguera rescatando un par de tabiques. En estos se confirmó que no había droga, sino leche en polvo. Este agente de la FGR arriesgó su vida para recuperar la evidencia que sería clave en el cese de Serrano.
Así, desde el OIC de la FGR dieron vueltas a la normatividad jurídica para controlar los aseguramientos de droga. Ahora inició una nueva investigación por robo y trasiego de droga, pero aún no se judicializa.
Que el OIC, una oficina que sólo debe vigilar el cumplimiento de la normativa interna de la FGR, haya estado al servicio de los cárteles y traficando con droga incautada nos deja ver el tamaño del problema que enfrentan las instituciones mexicanas. Ahora sí que el policía de los policías estaba metido de lleno en el tráfico de estupefacientes. De no creerse.
Sirva esta información para hablar de la valentía de algunos servidores públicos, como el elemento de la FEMDO que se aventó literalmente al fuego para rescatar la evidencia, y de muchos otros cuya labor está permitiendo desmontar las estructuras del crimen organizado en nuestro país. Todos ellos merecen nuestro reconocimiento, incluido el fiscal Gertz, por actuar con determinación, pero también deben tener mejores condiciones salariales y prestaciones.
Si en verdad el Estado mexicano quiere ganarle la partida a la criminalidad, debe subir los salarios a los funcionarios de áreas de inteligencia, seguridad y procuración de justicia, a la par de darles paquetes de incentivos para poder rechazar los “cañonazos” económicos del narco. El Estado tiene que comprometerse a resolverles su vida y la de sus familias. Es la única forma de salir avante.
X: @JTejado

