Desde que se anunció la marcha del 15 de noviembre, convocada por la “Generación Z”, la presidente Sheinbaum se encargó de descalificarla. Cuestionó a quienes asistirían, a quienes convocaban y a los que la reivindicaron. Afirmó que se trataba de “una estrategia digital pagada desde el extranjero y vinculada a grupos de derecha”. Habló de “bots, cuentas falsas y campañas coordinadas” que buscaban atacar a su gobierno. Eso sí, como los bots son retepeligrosos, pues optó por cercar Palacio Nacional con enormes vallas. Y llegó el “Día D”. La marcha no sólo se realizó en Ciudad de México sino en 51 ciudades más. Para variar, las autoridades capitalinas minimizaron la participación y afirmaron que únicamente marcharon 17 mil personas. Con su perversidad acostumbrada, volvieron a quitar la bandera nacional monumental de la plancha del zócalo, como si fuera un símbolo patrio privativo de su secta. Tanto descalificaron la movilización y a quienes la impulsaban que, lo único que provocaron, fue que más y más gente se sumara con un auténtico reclamo: “¡Ya basta!”. Y es que México cambió desde el 1 de noviembre pasado, con el cobarde asesinato del entonces alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo. Él fue ultimado apenas unas semanas después de que, en Apatzingán, también mataron al líder limonero de la entidad, Bernardo Bravo. Pero el caso de Carlos Manzó caló más hondo por la manera en que lo ejecutaron. Ocurrió en plena celebración familiar del “Festival de Velas”, en la pérgola municipal. Un joven de 17 años pudo llegar hasta Carlos y le dio siete balazos, para luego ser abatido por la policía municipal. La nueva manera de callar es matar. Y así ocurrió con el propio edil, quien había suplicado más presencia de las fuerzas federales en su demarcación para enfrentar al crimen organizado y oídos sordos. Este Presidente Municipal llegó por la vía independiente obteniendo 91,528 votos, equivalente al 66 por ciento de los sufragios. La reacción de la presidente Sheinbaum fue patética. Sin empatía, prudencia ni reflejos, optó por convertirse en víctima y culpar a Calderón y Peña Nieto de la desgracia. Eso enardeció aún más a la gente y el “Movimiento del Sombrero” se convirtió en proclama nacional, encabezado ahora por Grecia Quiroz, viuda de Manzo y nueva alcaldesa de Uruapan. La del domingo fue una expresión pacífica pero enérgica, con reclamos de todo tipo. La respuesta oficial fue brutal. Infiltrados, claramente pagados por el régimen, reventaron la manifestación, lo que provocó que la policía capitalina agarrara parejo contra manifestantes, familias, mujeres, menores de edad, adultos mayores, reporteros y fotógrafos. Se registran al menos 120 lesionados y 20 personas detenidas. Sheinbaum acusó a TV Azteca de haber cubierto completa la marcha. Dijo que “en México no se reprime a los jóvenes, al revés”; y que la imagen emblemática del señor con bandera en mano, cubriéndose el rostro del gas que les arrojaron, puede tratarse de inteligencia artificial.

Abogado. @JLozanoA

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