Cuando ya muchos marketers, agencias y gurús del internet se sentían casi ninjas del Search Engine Optimization (SEO), Google decidió moverles el tapete. Después de años de estudios, tutoriales y sudores para entender cómo posicionar una página, hace unas semanas se lo ocurrió meterle Inteligencia Artificial a su buscador.
Y cuando apenas nos estábamos acomodando a ese nuevo orden digital, llega OpenAI con ChatGPT Atlas, su nuevo navegador web, y básicamente le grita en la cara a Chrome: “ábrete”.
OpenAI lanzó oficialmente ChatGPT Atlas, su propio navegador con el chatbot integrado. No es una extensión ni un experimento, es un navegador hecho y derecho que quiere competir con los grandes como Chrome, Safari, Edge.
Alas no solo promete navegar, sino también pensar contigo, responderte y, si se le da la gana, hacerte la lista del súper. No importa si abres una nueva pestaña o si visitas la página más aburrida del mundo, el ChatGPT 32 aparece al costado derecho dispuesto a platicar, explicar, resumir o resolver dudas. Literal, cada pestaña es un “prompt”.
La página de inicio ya no tiene una barra de búsqueda que grite “Google me”, sino una interfaz donde puedes escribirle directamente a ChatGPT o pegar una URL.
Y aquí empieza el golpe bajo para Google. Porque sí, puedes seguir buscando con su motor, pero está escondido como si le diera pena. Si escribes “mejores películas”, primero aparecerán sugerencias de ChatGPT y, hasta abajo, muy discretamente, la opción de “buscar en Google”. Es como si OpenAI dijera: “Úsalo pero no te emociones”.
Atlas no solo responde preguntas. También puede hacer cosas por ti. Su “modo agente” le permite realizar acciones desde visitar un sitio de recetas y listar los ingredientes que necesitas, hasta mandarte la lista al servicio de compras. Nomás faltaba que te picaría la cebolla.
El colmo, Atlas tiene una memoria casi tan efectiva como tu novia tóxica. Recuerda tus visitas, tus búsquedas y tus preguntas. Así, si un día olvidas cómo se llamaba aquella página de cariñosas o cariñosos que viste a medianoche, basta con escribir “la página con chic@s en el gym y voilá, la IA te la devuelve.
Google, mientras tanto, sigue esperando que te acuerdes del nombre del sitio o que revises 43 páginas del historial.
Pero tener una IA que recuerde todo suena útil… ¿o no? ¡Qué miedo! Si bien Atlas recopila ciertos datos para entrenar al modelo, OpenAI aclara que se puede desactivar. El navegador no usa el historial web ni las grabaciones de voz por defecto. También puedes activar el modo incógnito o deshabilitar la memoria manualmente.
Es decir, OpenAI te deja decidir si quieres que Atlas sea tu amigo con buena memoria o tu compa amnésico que no sabe qué pasó. Tú eliges.
El verdadero temblor para Google no es solo que OpenAI haya hecho un navegador bonito y funcional pues está basado en Chromium, así que puedes instalar todas tus extensiones de Chrome sin llorar. El golpe es psicológico porque si ChatGPT ya era la alternativa para muchos usuarios que preferían preguntar a una IA en lugar de “googlear”, ahora, con su propio navegador, OpenAI cierra el ciclo.
Antes buscábamos en Google para encontrar respuestas. Ahora, simplemente se las pedimos a ChatGPT. Tttssss, eso debe doler.
Chrome todavía es el navegador más usado del planeta, pero Atlas podría ser la primera amenaza real a su reinado. Ya no se trata de quién carga más rápido una página o quién tiene mejor sincronización con Android, sino de quién piensa contigo.
Mientras tanto, los expertos en SEO probablemente ya les están dando el soponcio. Años descifrando el algoritmo de Google, optimizando títulos, midiendo palabras clave y rogando por backlinks… para que llegue una IA que se lo salta sin pena. Si ChatGPT te responde directo lo que quieres saber, ¿para qué ir a la página que tanto trabajo te costó posicionar?
El juego cambió. Ahora, optimizar no será para los buscadores, sino para las inteligencias artificiales. Tendremos que aprender cómo hablarles, cómo entrenarlas y cómo lograr que mencionen nuestras marcas en sus respuestas. Un nuevo “prompt marketing” podría nacer de todo esto, y los cursos de SEO tendrán que actualizar su temario… otra vez.
OpenAI quiere rediseñar la forma en la que exploramos la web. Ya no se trata de “buscar y encontrar”, sino de “preguntar y entender”. Y eso, en un mundo saturado de información y fake news, podría ser justo lo que necesitábamos… ¿o el inicio de una nueva dependencia tecnológica?
Por ahora, Atlas está en su fase inicial, pero su sola existencia ya pone nervioso a medio Silicon Valley. Si antes Google era el oráculo de internet, ChatGPT podría convertirse en su nuevo terapeuta: te escucha, te responde y, si lo tratas bien, hasta te entiende.
Así que sí, tal vez haya llegado el momento de despedirse del SEO y aceptar que el futuro no está en “buscar en Google”, sino en “preguntarle al que todo lo sabe” y se llama ChatGPT Atlas.
Se vende
Otra bomba sacude al mundo del entretenimiento: Warner Bros. Está oficialmente a la venta. La noticia llega después de que la empresa rechazara varias ofertas de Paramount, que hasta ahora era la más interesada en quedarse con el estudio. Sin embargo, reportes de CNBC indican que Warner también desechó una propuesta aún más alta de otra compañía cuyo nombre no fue revelado.
Entre las interesadas aparecen dos gigantes del entretenimiento digital como Netflix y Comcast. En el caso de Netflix, el giro resulta curioso, pues durante años se mantuvo alejada de los medios tradicionales y de sus activos físicos. Pero ahora, frente a la posibilidad de que Warner caiga en manos de otro competidor, el gigante del streaming estaría reconsiderando su postura.
Si la operación se concreta, el movimiento podría redefinir por completo el mercado del entretenimiento global. La fusión de los catálogos de Netflix y HBO Max bajo una misma propiedad cambiaría las reglas de la competencia por el tiempo y atención del público. Por ahora, todo queda en rumores y negociaciones de alto nivel, pero el simple hecho de que Warner Bros. Esté en el aparador ya tiene nerviosos a varios titanes de la industria.
Columnista y comentarista