En una conversación interceptada en septiembre de 2021 su nombre fue mencionado como jefe de plaza en Cuautla. Lo señalaron en llamadas anónimas, videos subidos a redes por grupos criminales, y narcomantas abandonadas en los municipios de Yautepec y Yecapixtla, al lado de restos humanos.

Uno de los documentos hackeados a la Sedena revela que para 2022 el Ejército Mexicano lo había ubicado como uno de los principales responsables de la violencia que se vivía en el oriente de Morelos.

Inteligencia militar había detectado que actuaba en Cuautla, Ocuituco, Atlatlahucan, Plan de Ayala, Yecapixtla, Yautepec, Tepalcingo, Tetela del Volcán, Hueyapan, Zacualpan de Amilpas, Temoac, Jantetelco, Jonacatepec y Axochiacapan.

José Antonio Alvarado Martínez, alias El Flaco o El Vara.

Como jefe de sicarios, formó parte del grupo de asesinos oriundos de Acapulco que fueron llevados a Morelos por Raymundo Isidro Castro, El Ray, líder de Guerreros Unidos.

El Ray fue detenido en 2019 y asesinado en circunstancias extrañas —que solo se explican por la intervención de sus cómplices y protectores dentro del gobierno de Morelos— en el penal de Atlacholoaya. Los informes de inteligencia revelaron que El Vara se había aliado con la viuda del Ray, Sheila Mondragón, y que mantenía acercamientos con otro líder criminal: Irving Eduardo Vera Solano, El Profe.

Tanto El Ray como El Profe, dos objetivos prioritarios, posaron al lado del exgobernador Cuauhtémoc Blanco en una fotografía que causó escándalo a nivel nacional. El Profe fue aprehendido en febrero de 2021.

Los informes ubicaron a El Vara en la colonia Año de Juárez, en el municipio de Cuautla, y en la colonia Minas de Yecapixtla, donde “se traslada en una camioneta blindada”. El entonces comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros lo señaló, al lado de Felipe de Jesús Chacón, El Colmillo, y de Jonathan Joseph López, La Rata, como responsable de la violencia desmedida que en 2022 arrasaba Morelos, así como de las masacres ocurridas en Cuautla y Yecapixtla. Según Ortiz Guarneros, ya había salido del estado, “pero estamos seguros de que va a regresar”.

Operó con impunidad completa a lo largo del sexenio de Cuauhtémoc Blanco. En agosto de 2022, según los reportes, ordenó el asesinato del empresario y excandidato del Partido Social Demócrata Carlos Benítez, “Bildmart”. En el ataque murieron la hija de este y dos escoltas de la policía de Cuautla.

Estuvo también detrás del asesinato del exalcalde de Yecapixtla, Refugio “Cuco” Amaro Luna, acribillado después de un partido de futbol en un ataque que dejó cuatro muertos y diez heridos.

Al frente de Los Acapulcos, como es conocido su grupo porque él es oriundo de ahí, y porque de ahí llegaron los sicarios con que reforzó una de las estructuras criminales más violentas de Morelos, El Vara abrió frentes de guerra contra la Unión Tepito y contra Gente Nueva, organizaciones ligadas de un modo u otro a la clase política morelense.

Hoteles, bares, centros nocturnos, restaurantes, tiendas de abarrotes, depósitos de bebidas alcohólicas y locales de las centrales de abasto, terminaron por cerrar sus puertas. Las bolsas negras con restos, las decapitaciones, las ejecuciones, los secuestros y las extorsiones hicieron de Cuautla un infierno. Los ataques contra los negocios se volvieron cosa de todos los días. Huyeron comerciantes y empresarios.

La guerra por la extorsión y las narcotiendas se hizo calle por calle, colonia por colonia.

El Vara era el objetivo prioritario del nuevo gobierno de Morelos. Agentes de la secretaría de seguridad del estado detectaron seis domicilios situados a las afueras de la ciudad, por los que El Vara había pasado, y dejaron montados equipos encargados de recopilar información que se coordinaron con instancias militares y elementos de la fiscalía de investigación de alto impacto.

Tras seis meses de investigaciones sabían que el jefe criminal estaba escondido en Nicolás Romero, en el Edomex, que manejaba a su grupo por medio de videoconferencias, y que solo acudía a Morelos por una o dos noches a recoger el dinero de la venta de droga y de las extorsiones.

La madrugada del 27 de octubre iba en un Mercedes AMG de cuatro puertas, seguido por un Pointer y un VW. Su escolta se hallaba formada por dos hombres que portaban armas .223 y pistolas cortas. Llevaban mujeres a bordo de los autos, e incluso a un menor de edad, para despistar. Habían llegado a Cuautla hacia tres días.

El Vara tenía un chalet cercano al Libramiento de Cuautla, semioculto por los árboles. Llevaba 15 años actuando en Morelos, donde se le hace responsable de unos 200 homicidios. Lo habían detenido tres veces, en 2010, 2015, y 2018.

Al ver a las autoridades, descendió del auto y echó a correr. No llegó muy lejos. En su casa fueron halladas dos computadoras y cuatro teléfonos celulares. Los investigadores creen que los datos contenidos en estos los llevarán hasta las cabezas del grupo: El Dientes, El Pirrus, El Chompipis y La Rata, con quienes formó el Cártel de Cuautla y gozó un sexenio completo de absoluta y total impunidad.

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