El líder del PRI, Alejandro Moreno, informó ayer que, luego de que fuera denunciado en México sin consecuencia alguna, su partido formalizó ante el FBI, la DEA y los departamentos de Justicia y del Tesoro una nueva denuncia en contra del senador morenista Adán Augusto López Hernández como presunto integrante de una organización delictiva que cometió delitos transfronterizos.
Moreno señaló además a López Hernández, exgobernador de Tabasco y ex secretario de Gobernación de Andrés Manuel López Obrador, como parte de la estructura de gobierno que propuso al Senado los ascensos del vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y su hermano, el contralmirante Fernando Farías Laguna, sobrinos políticos del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda, señalados como operadores del mayor escándalo de corrupción que ha estallado en tiempos de la 4T, y que figuran, hasta el momento, como las dos cabezas más visibles de la red que traficó desde las aduanas marítimas millones de litros de combustible introducido al país de manera ilegal.
En conferencia de prensa, Moreno presentó la estructura de lo que él llamó “El Cártel de Macuspana”, en el que incluyó a tres “narcogobernadores”, Américo Villarreal, Alfonso Durazo y Rubén Rocha Moya; al exjefe de la oficina presidencial, Alfonso Romo, como presunto lavador de dinero; al exsecretario Rafael Ojeda y sus dos sobrinos como operadores de la mencionada red de huachicol fiscal, y al propio Adán Augusto López, así como a su exsecretario de seguridad, Hernán Bermúdez Requena, como integrantes del grupo criminal La Barredora.
Señaló también al exlíder de Morena y hoy secretario de Educación, Mario Delgado, involucrado en el financiamiento a Morena por parte del llamado Rey del Huachicol, Sergio Carmona; a Ignacio Ovalle, el exdirector de Segalmex vinculado a otro escándalo mayor de corrupción, así como a los hijos de AMLO, Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo López Beltrán.
“Fueron el presidente López Obrador y su secretario de Gobernación Adán Augusto López quienes pusieron en posiciones clave a narcopolíticos que organizaron, financiaron y encubrieron actividades criminales”, declaró Moreno.
Acorralado por los señalamientos que rodean y llevaron a su captura a su exsecretario de seguridad, Hernán Bermúdez Requena -al que se acusa de encabezar desde el gobierno de Tabasco las actividades criminales La Barredora-, Adán Augusto López se burló de la denuncia de Moreno, y siguió retando: “No hago caso a mafufadas”, dijo ante los cuestionamientos de un reportero.
El vicecoordinador de Morena, Ignacio Mier, salió en su defensa: “El coordinador se llama Adán Augusto López Hernández y fue electo por unanimidad por seis años y así debe ser”, dijo.
El asunto es que el coordinador de los senadores de Morena se ha convertido, más que en un estorbo para el gobierno de Claudia Sheinbaum, en la piedra de toque que puede hundir de manera irreversible, si no es que ya lo ha hecho, la narrativa sobre la que se construyó la llamada 4T.
El nombre de López Hernández fue entregado a la presidenta Claudia Sheinbaum por el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, durante su reciente visita a Palacio Nacional, al lado del de 20 personajes cercanos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que el gobierno de Donald Trump ha vinculado con grupos y actividades criminales.
Al frente de esa lista estaba el exsecretario de Gobernación, de acuerdo con fuentes que estuvieron presentes en el encuentro.
En la misma reunión se mencionó también al extitular de la Agencia Nacional de Aduanas de México, Horacio Duarte, y al exadministrador general de Aduanas, Ricardo Peralta.
La reunión con Rubio demostró que el interés de Estados Unidos se ha extendido del fentanilo al huachicol: el secretario traía no solo los nombres de los marinos involucrados en el escándalo del tráfico de combustible, sino también los de otros que se harán públicos en las próximas semanas. Un enlace del FBI se coordina con el secretario de seguridad Omar García Harfuch para llevar adelante esta investigación.
Mafufada o no, tanto la denuncia como la red presentada por el priista Alejandro Moreno está en sintonía con las investigaciones que lleva el gobierno de Estados Unidos. Adán Augusto López sabe que el gobierno de Sheinbaum hará lo posible por protegerlo, porque él es el eslabón que conduce la cadena criminal hasta Palenque, pero sabe también que ese escudo de protección, según corran los vientos, tiene marcada una fecha de caducidad. Mientras, seguirá retando.