Ofensiva y defensiva, las dos claves para ganar cualquier encuentro de cualquier deporte. Los dos retos, los dos oficios y los dos grandes artes... En El arte de la guerra, Tsun Tzu escribió: “El ataque es el secreto de la defensa y la defensa es la planificación del ataque”. Es decir: Para atacar, es necesario no descuidar, y para defender, es indispensable pensar en el contragolpe cuando se tenga la oportunidad. Sin embargo, desarrollar las dos estrategias resulta complejo, y depurarlas en un individuo, casi imposible.

Pocos atletas profesionales han desempeñado funciones en ataque y defensa dentro de un mismo partido. El 18 de octubre, en el cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, la súper estrella japonesa de los Dodgers de Los Ángeles, Shohei Ohtani, entregó una de las actuaciones más memorables de que se tengan registro en las Grandes Ligas: A la ofensiva, conectó tres jonrones, y a la defensiva, ponchó a 10 bateadores de los Brewers de Milwaukee. De por sí es extremadamente raro que un pitcher sea competitivo con el bat, como que un jugador del cuadro (es decir, no pitcher) sea capaz de lanzar una pelota a 95 millas por hora. Por lo anterior, Ohtani es el atractivo más grande que tiene el beisbol a nivel mundial.

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El deporte profesional ha contado con varios talentos fuera de serie, capaces de realizar labores defensivas y ofensivas en el mismo partido en los últimos años, sin contar al mítico Babe Ruth, quien —a principios del siglo pasado— desempeñó ambas labores, con extraordinarios números, principalmente como bateador.

En el futbol americano, existe un jugador con enorme talento para ambas labores hoy en día: Travis Hunter, de los Jaguars de Jacksonville, quien cumple su primera temporada en la NFL, después de ganar el trofeo Heisman con la Universidad de Colorado. Es un formidable receptor abierto y un extraordinario esquinero. Casualmente, su coach universitario fue la leyenda de los Cowboys de Dallas, Deion Sanders, quien realizó también labores bidireccionales en las mismas posiciones que Hunter. Prime Time jugó, además, beisbol en las Ligas Mayores y consiguió algo único: Disputar el Super Bowl (con San Francisco y Dallas) y una Serie Mundial (Atlanta). Simplemente, único.

En México, debemos destacar a una figura tan capaz como carismática: Jorge Campos. Ofensivamente, un gran goleador, y defensivamente, el tercer mejor portero del mundo, en su momento. Tuve el privilegio de ser parte de aquella rara combinación, ya que era muy común que el Brody pasara en el segundo tiempo al eje del ataque y su servidor ingresaba a la portería. Jorge era un espectáculo en ambas posiciones y, al día de hoy, no sabría decir en cuál de las dos era mejor.

“El arte de la guerra es circular, la defensa más fuerte es un ataque ofensivo bien ejecutado”, escribió Tsun Tzu varios siglos antes de Cristo. La guerra es un símil muy utilizado en el deporte. Cuando aparecen este tipo de fenómenos y son bien canalizados por quienes toman decisiones a su alrededor, tenemos no solamente resultados, sino espectáculo, que —al final de cuentas— es lo que buscamos y agradecemos en el deporte.

@felixatlante12 @felixunivision12

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