Pocas veces algo nos lastima tanto como la muerte de un menor de edad. Peor aún, cuando es provocada por negligencia o situaciones prevenibles. El caso de Paloma Nicole Arellano Escobedo, la niña de 14 años que falleció en Durango tras complicaciones médicas derivadas de una cirugía de lipotransferencia para aumento de busto, ha conmocionado a la sociedad abriendo muchas interrogantes.

Para contribuir al estupor general, la cirugía fue realizada por el padrastro de la adolescente. La madre ocultó el procedimiento al padre con la excusa de una falsa enfermedad respiratoria. La menor fue operada el 12 de septiembre y salió consciente, pero horas después sufrió un paro respiratorio. El padre no fue notificado sino hasta tres días después, cuando la situación era crítica. Lamentablemente, Paloma murió el 20 de septiembre y el padre solo descubrió la verdad al ver el cuerpo de su hija con un brasier quirúrgico.

Está por determinarse si hubo mala praxis médica y quién o quiénes serán responsables. Además, habrá que dilucidar el tema del consentimiento informado —que Paloma no podía otorgar a sus 14 años— y que otorgó la madre a espaldas del padre. La ley establece que en procedimientos quirúrgicos a menores de edad el consentimiento puede ser firmado por uno solo de los padres; sin embargo, se refiere únicamente a cirugías necesarias para la salud. La norma no regula de manera explícita los procedimientos opcionales, en los que, atendiendo al principio de protección y al interés superior de la niñez, debería requerir el consentimiento de ambos padres. De acuerdo con el artículo 63 de la Ley General de Salud, “la protección de la salud física y mental de los menores es una responsabilidad que comparten los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad sobre ellos, el Estado y la sociedad en general”.

Aunque la muerte de Paloma no se habría producido sin la cirugía innecesaria, desde el punto de vista médico y jurídico la valoración es distinta. Paloma murió por un edema cerebral, encefalopatía hipóxica y bradicardia. De acuerdo con el Código Penal de Durango, la madre podría enfrentar de tres meses a dos años de prisión por omisión de cuidados. Para determinar con la causa directa del deceso y estar en posibilidades de fincar o deslindar responsabilidades será necesario esperar los resultados del examen histopatológico. En cualquier escenario, la sentencia más grave por mala praxis correspondería a un homicidio culposo.

Mientras tanto, y con justa razón, el padre y la sociedad exigen justicia. La Fiscalía, pese a la presión social, deberá reunir todas las pruebas necesarias para integrar una carpeta de investigación sólida. En el plano legislativo, habrá que reformar la ley para regular las cirugías estéticas electivas de menores de edad.

Cabe preguntarse si la inconformidad con el cuerpo de Paloma la tenía la mamá o la joven. Probablemente la madre, con múltiples y evidentes cirugías estéticas, sufre un trastorno dismórfico corporal y, aunque tomó decisiones que pusieron en riesgo a su hija, también terminó siendo víctima de la tragedia de su muerte.

Como sociedad no nos queda más que reflexionar sobre la crisis de valores que atravesamos, en donde no aceptamos lo que somos y damos un valor desproporcionado a estereotipos estéticos. ¿Cómo debe abordarse el malestar psicológico que provoca la inconformidad con el cuerpo? ¿Qué responsabilidad tiene la industria estética frente a la insatisfacción de las personas con su apariencia?

Los médicos están llamados a proteger, restaurar o mejorar la salud. La cirugía estética puramente cosmética, aunque es un acto médico, no busca curar ni reparar, y se sitúa en una zona gris donde la frontera entre estética y salud resulta difusa. El auge de estas cirugías tiene, además de una dimensión psicológica, una marcada por la presión social.

Quedan abiertas muchas preguntas: ¿Qué responsabilidad tiene un médico al valorar una cirugía estética en una menor de 14 años? ¿A qué edad es aceptable someterse a una cirugía no urgente que implica riesgos? ¿Cuáles son los límites éticos de la cirugía estética y hasta dónde deben aceptarse los deseos del paciente?

@EuniceRendon

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