Las cifras son tristes y alarmantes: en México, cada 60 minutos una mujer pierde la vida por el cáncer de mama; de hecho, es la primera causa de muerte entre las mexicanas. Se trata de una enfermedad que lastima hogares, historias, familias y generaciones. Por ello, el Modelo de Atención Universal de Cáncer de Mama, presentado el pasado 21 de octubre por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, representa un cambio histórico y profundo en la manera como el Estado enfrenta este desafío: con visión humanista, justicia social y un compromiso real con la vida de nosotras.
Por primera vez, todas las mujeres del país, sin importar su derechohabiencia, tendremos acceso gratuito y universal para la detección del cáncer de mama, su diagnóstico, el tratamiento y su acompañamiento integral. Este modelo transforma un sistema de salud fragmentado, en una red solidaria de atención continua e integral donde la prevención y la detección temprana son claves para salvar millones de vidas.
El nuevo modelo contempla una inversión de 8 mil millones de pesos destinados a la promoción, prevención de factores de riesgo, detección temprana, diagnóstico a tiempo y tratamiento oportuno. Actualmente existen 656 mastógrafos en 640 hospitales, pero la meta para 2026-2027 es llegar a 1,656 además de 1,000 equipos de ultrasonido, lo que permitirá realizar 8.9 millones de mastografías anuales, o más de 34 mil estudios diarios.
Asimismo, se van a sumar 20 Centros de Diagnóstico Integral para llegar a 62; también se incorporarán 32 Unidades Hospitalarias de Atención Oncológica para la Mujer, una por cada estado, con personal especializado y equipos de última tecnología.
Pero más allá de estas cifras, debemos decir que este modelo representa un acto de justicia para millones de mujeres y familias que han enfrentado solas la incertidumbre, la distancia y el miedo. El cáncer de mama no distingue edades ni condiciones, pero el Estado sí distingue prioridades.
Por tanto, este programa es la promesa de futuro de un país que no deja solas a sus mujeres y que entiende que la prevención es amor. Cada mastógrafo representa la posibilidad de un diagnóstico a tiempo; cada médico y enfermera, una historia de empatía y de cuidados; cada hospital, una puerta abierta para que más mujeres sigan viviendo, soñando, amando.
El cáncer de mama no solo se enfrenta con medicinas, sino con cercanía, con sensibilidad, con amor y con la certeza de que la salud es un derecho, no un privilegio. También, este mes rosa nos recuerda que detrás de cada lazo, de cada campaña, hay miles de mujeres valientes que luchan día a día y familias que las apoyan. Es mi caso: gracias al tratamiento médico y acompañamiento humano que me brindaron en el Instituto Nacional de Cancerología, que también forma parte del estado mexicano, soy una sobreviviente de esta penosa enfermedad.
A las mujeres que hoy luchan, a las que acompañan y a las que recuerdan: sepan que este país quiere estar de su lado. La mejor defensa contra el cáncer de mama es detectarlo a tiempo, y la mejor forma de hacerlo es con un sistema que no nos suelte la mano y lo haga con amor. Y atender con amor, es transformar con esperanza.
¡Las mujeres no estamos solas!
Consejera jurídica de la Presidencia

