Recién recibida la noticia no supe qué decir. Una vieja amistad me informó solemnemente que MTV, el primer canal exclusivo para música, dejará de transmitir el 31 de diciembre después de 44 años. La vida va y viene, evoluciona. ¿Para qué un canal de este tipo cuando existen tantas plataformas ad hoc? Business is business, pero no siempre lo fue, al menos no al principio. Por primera vez desde la invención del adolescente teníamos un escaparate donde descubrimos que con la música las fronteras desaparecen, el horizonte se vuelve infinito. El canal fue un parteaguas en el desarrollo de toda una generación que creció llena de contradicción y conflicto, que por primera vez contaba con un nuevo modo de expresión: La música se podía ver. Porque así como la política y la religión dividen, la música une, identifica, nos permite expresar sentimientos y emociones, soñar despiertos, seguir adelante. A veces como un reflejo, otras como algo a imitar, una revolución cultural en donde cada vida, cada historia tenía a la mano su propio soundtrack.
MTV comenzó en 1981, en Nueva York, transmitiendo por cable. Para 1983, México tenía su propio canal musical, también por cable y transmitiendo en el otrora llamado Distrito Federal: “Con M de Música” con Gloria Calzada y mi persona al frente que, al igual que el original, presentábamos las más recientes novedades discográficas y tendencias de moda. De allí surgieron otros programas como “A Toda Música” con el mismo reparto y alcance pero con aires de sofisticación, así como “Video-Rock” y, “Video-Rock de medianoche”, transmitiéndose por toda la República a través del canal 5 con Elsa Saavedra como presentadora desde la cabina del Tío Gamboín. A veces en vivo, a veces grabado, el programa presentaba los videos coloridos e inocentes en el horario de día, y los más sofisticados o risqué se dejaban para el público adulto.
Los videos en sí pasaron a ser de simples tomas abiertas con músicos de fondo a mini-producciones con coreografías masivas (Pat Benatar), paisajes nunca vistos (Duran Duran), locurillas como Fish Heads o Will Powers. Otros artistas, notablemente Madonna, hicieron del video una forma de rebelión y ataque contra el establishment. Pero lo más interesante fue como de manera casi orgánica, cine, moda y música se combinaron en el video con resultados explosivos. Michael Jackson, por ejemplo, fue el primer artista de color en la pantalla chica y el responsable de abrir puertas a muchos otros cantautores y grupos que hasta entonces estaban atrapados por el racismo. El Rey del Pop fue también el primero en abrazar el video como forma de expresión y herramienta de mercadotecnia; su video de Thriller, del álbum del mismo nombre, costó un millón de dólares -algo hasta entonces nunca visto- y tiene una duración de 14 minutos. Otra cosa es que perdieron el rumbo. Pasaron de ser “All Day, All Night, All Music, All Good” a los realities y cuando quisieron componerlo era ya demasiado tarde.
Pero en aquellos días, cuando The Buggles estrenó el canal con su “Video Killed the Radio Star” nadie se imaginó que sobreviviría y mucho menos cuatro décadas. “I want my MTV” canta Sting al son de Dire Straits. La generación MTV, nosotros, tenemos en el fondo algo especial que el tiempo no ha cambiado. No estoy de luto, al contrario, festejo las maravillas que compartimos, los momentos de pena, los de gloria, la evolución de la música, las artes… Adiós. Gracias por tanto.