Por Iván Carrillo.

Me encuentro inmerso en la energía vibrante de Nairobi, donde se celebra la Cumbre TED Countdown 2025 del 16 al 18 de junio. Es un privilegio estar aquí, presenciando de primera mano la confluencia de mentes innovadoras y voluntades comprometidas. La primera sesión destacó no solo por la calidad de sus oradores, sino por la diversidad de sus perspectivas y las soluciones innovadoras que han traído consigo.

La relevancia de este evento en la conversación global sobre el cambio climático es innegable. La premisa es clara: no hay camino para alcanzar los objetivos de París que no pase por África. Nairobi, con su red eléctrica que obtiene el 90% de su energía de fuentes renovables —la mitad de ellas geotérmicas—, y con el 70% de su población menor de 30 años, se erige como un epicentro de liderazgo emergente y desarrollo resiliente.

Este evento considerar que desde 2020, el mundo inició una cuenta regresiva no para destruirse sino para reformularse: esta es la década decisiva. El momento para transformar nuestra relación con el planeta se agota. Aunque, entre los muchos desafíos, también se observa progreso. Lo recordó el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, cuya intervención la víspera dejó cifras reveladoras: la capacidad solar global se ha más que duplicado, las ventas de vehículos eléctricos se han disparado, y la energía solar se ha convertido en la fuente más barata de electricidad de la historia. Desde el Acuerdo de París, se ha instalado el doble de energía solar que todos los combustibles fósiles combinados.

Josephine Waweru, una innovadora agrícola de Kenia, muestra cómo una bomba de agua solar transformó su granja, pasando de la desesperación a la dignidad y el éxito, inspirando a otros pequeños agricultores a adoptar soluciones inteligentes para el clima. Junio 16 - 18, 2025, Nairobi, Kenia. Foto: Callie Giovanna / TED
Josephine Waweru, una innovadora agrícola de Kenia, muestra cómo una bomba de agua solar transformó su granja, pasando de la desesperación a la dignidad y el éxito, inspirando a otros pequeños agricultores a adoptar soluciones inteligentes para el clima. Junio 16 - 18, 2025, Nairobi, Kenia. Foto: Callie Giovanna / TED

Sin embargo, Gore fue claro: "nos movemos demasiado lento para cumplir los objetivos del Acuerdo de París". Señaló la persistente resistencia de sectores que frenan la transición, y denunció el impulso de “soluciones” como la captura de carbono y el reciclaje de plásticos, que calificó abiertamente de “fraude”.

Frente a estas cifras, lo que más impacta aquí en Nairobi es la esperanza tangible que emerge de la acción que expusieron otro participantes. Desde la agricultura resiliente de Josephine Guerrero —que con una bomba de agua solar transformó su granja y la de su comunidad— hasta los modelos financieros de Matt Teillier, de Crossboundary Group, enfocados en facilitar inversiones en energía limpia. Escuchamos también a Ilona Szabo, del Instituto Igarapé en Brasil, demostrar que proteger la naturaleza puede ser motor económico, y a Mohamed Sultan, del Global Methane Hub, proponer soluciones para las emisiones de metano que, además, generan empleo.

James Long, de Africa Climate Ventures, compartió su visión del biochar como fertilizante orgánico: una tecnología que secuestra carbono, mejora los suelos, estabiliza la producción agrícola y crea empleos bien remunerados. Incluso desde contextos de conflicto, como Palestina, la directora de Ecopeace Middle East, Nada Majdalani, habló del potencial de la energía solar como herramienta de paz. Explicó cómo, en regiones fragmentadas por el conflicto, la cooperación en torno a proyectos energéticos puede abrir canales de diálogo donde antes solo había tensión. En el caso de Medio Oriente, iniciativas transfronterizas de generación y distribución de energía solar han demostrado ser una vía para fomentar la interdependencia positiva entre comunidades palestinas, israelíes y jordanas, al tiempo que garantizan acceso equitativo a recursos energéticos sostenibles.

Estas historias de innovación están siendo impulsadas por una nueva generación. Dorcas Marshall, Miss Clima Kenia, presente en el escenario representa esa voz joven que no solo exige, sino que propone. En Nairobi, lo posible ha dejado de ser una categoría abstracta para convertirse en un imperativo ético. Y eso exige de nosotros algo más que voluntad: exige la capacidad de traducir evidencia científica en decisiones valientes, de transformar datos en políticas públicas y diagnósticos en narrativas que movilicen.

Celsius Media

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