A Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública federal en el sexenio de Felipe Calderón, lo arrestaron, enjuiciaron y sentenciaron con base en testimonios de criminales convictos a los cuales les fue ofrecido algún beneficio por parte de las autoridades norteamericanas.

No hubo necesidad alguna de presentar una foto, un audio, un video, un recibo, una transferencia o cualquier evidencia para respaldar sus dichos. Bastó con su palabra y la mano sobre la Biblia para que García Luna recibiera una condena de 38 años de prisión. Esto es válido y legal en el sistema de impartición de justicia de nuestros vecinos del norte.

Y ese precedente no es menor. En los sistemas judiciales, cada caso emblemático va dejando huella. Lo que ocurrió con García Luna ya forma parte de un historial que puede ser utilizado como guía en juicios futuros.

Es aquí donde entra un concepto clave: la jurisprudencia. Se trata del conjunto de decisiones, interpretaciones y criterios emitidos por los tribunales que sientan historiales y guían la aplicación del derecho en casos futuros. Así se crean reglas no escritas que ayudan a resolver casos similares de manera consistente.

A partir de aquí, los hechos se desarrollan como una obra en escena. Acto por acto.

1) Ovidio Guzmán se acaba de declarar culpable por delitos de narcotráfico ante un juzgado en Chicago. Esto, a cambio de no ser sentenciado a cadena perpetua y de convertirse en testigo protegido. Lo que Ovidio diga y a quien acuse, no tendrá necesidad de mayor verificación más que su palabra. Aunque seguramente debe contar con mucha evidencia recolectada con facilidad con la tecnología actual.

2) Claudia Sheinbaum señaló que, si Ovidio Guzmán inculpa a alguien en México, Estados Unidos deberá presentar pruebas ante la FGR para que se pueda actuar legalmente. Subrayó que cualquier acusación debe estar respaldada por evidencia. Aquí es importante recordar el caso de García Luna y las jurisprudencias.

3) El abogado de Ovidio, Jeffrey Lichtman, calificó de descabellada la idea de que México opine sobre el acuerdo de culpabilidad de su cliente. Criticó el actuar de nuestro gobierno ante el caso del General Salvador Cienfuegos, quien fue regresado a México sin enfrentar cargos en territorio estadounidense. Y para cerrar, declaró: “La idea de que el gobierno de Estados Unidos incluyera al de México en alguna negociación o decisión es absurda.”

4) En una improvisada rueda de prensa en Sinaloa, al lado del muy cuestionado gobernador Rubén Rocha Moya, Claudia Sheinbaum calificó como “irrespetuosas” las declaraciones del Sr. Lichtman, reiterando que no existe ningún tipo de alianza o complicidad entre su administración y actores vinculados al crimen organizado.

No entiendo por qué Sheinbaum no designó a un funcionario secundario para tal tarea. Falla garrafal de sus asesores.

5) El abogado Lichtman revira: “La presidenta de México está disgustada con mis sinceros comentarios sobre su oficina y Gobierno corruptos, puede convocar tantas conferencias de prensa apresuradas como quiera, pero el pueblo mexicano (y yo mismo) sabemos que actúa más como el brazo de relaciones públicas de una organización narcotraficante que como la líder honesta que merece el pueblo mexicano.” Ovidio no puede hablar por sí mismo, pero sí a través de su abogado. Y este ya debe tener toda la historia completa. No veo a Lichtman haciendo tales declaraciones para ganar adeptos a su causa, si su cliente es un narcotraficante confeso que irá a la cárcel.

El show de Ovidio apenas comienza. Falta el de su hermano Joaquín, el del Mayo Zambada… y seguramente, el de varios actores de reparto que hoy fingen no conocer el libreto. Las cabezas del Cártel de Sinaloa ya hablaron o están listas para hacerlo, no solo ante un juez, sino ante la historia. Y el gobierno mexicano —nervioso, reactivo, sin estrategia clara— parece no entender que ya no tiene el control del guion.

El libreto ya no se está escribiendo en Palacio Nacional, sino en un juzgado de Chicago y en la Casa Blanca en Washington. Este es el comienzo de una puesta en escena internacional, con dirección extranjera y un elenco que, querámoslo o no, será mexicano.

IT’S SHOWTIME!!

POSTDATA - El exjefe policiaco de Tabasco, Hernán Bermúdez, tiene orden de aprehensión por encabezar al grupo delictivo “La Barredora”. Ya huyó del país.

¿Algún comentario, Senador Adán Augusto López?

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