"Cuando al mundo me trajo mi mare
Sin contar con mi menda pa' na'
Me enseñaron algunos cantares
Que de eso me valgo pa' no trabajá"
- El Gitano Señorón de Juan Legido -
En el marco del arribo al sexto piso de mi amada GEMY la primera semana del mes de mayo del año 2023, que a la postre y con un inverosímil postre celebramos en el Restaurante El Celler de Can Roca - para infinidad de españoles el mejor del país - el día 5 de mayo en una mesa dispuesta con una atención realmente subliminal en Gerona.
La ruta trazada para la refinada ocasión, incluía en el recorrido además de la ciudad citada líneas arriba, estancias en; Barcelona, Figueres, Andorra y a sugerencia de mi querido Suegro Don Valeriano Martínez Loperena, que afortunadamente aconsejó la visita a el Parador de Aiguablava ubicado en Begur, en la Costa Brava Española.
El portentoso hotel se integro a la cadena de los Paradores Nacionales en 1966, sin embargo, su apertura original data del año 34' del siglo pasado, gozando de dos grandes transformaciones con generosas remodelaciones, la primera en el 2007, y particularmente la última en el año 2020, lo que lo convierte en, quizá - para muchos de sus huéspedes - junto con el de Baiona en los dos más bellos de la cadena estatal, ubicados frente a los mares de la Península Ibérica.
Con majestuosidad despliega su fosforescente arte que, incólume destaca con obras de las grandes colecciones de Cataluña con cuadros y esculturas de los inmortales maestros; Don Salvador Dalí, Don Joan Miró y por supuesto del contemporáneo artista Don Antoni Tápies, que hacen de su recepción un ejemplar espacio de museo donde resulta imposible no detenerse extasiado.
El Parador de Aiguablava (Agua Azul en su original lengua catalana) cuenta con 5 niveles donde cada una de las 78 habitaciones incluidas las albercas tienen vistas prodigiosas de la Costa Brava y sus aguas cristalinas, especialmente los restaurantes y bares con servicio excepcional, particularmente personalizado y de atenciones sin igual, como marca el tono de la casa en cada uno de estos místicos edificios.
Nuestra travesía que nació en la Capital de Cataluña, nos llevó por caminos desbordantes llenos de sinuosidad como de mágicas imágenes, donde mi soberana elegantemente sortea los acantilados con la mayor destreza posible en la conducción invariablemente tranquila, segura e impecable.
La única prerrogativa contenida en esta particular vacación de celebración onomástica, resulta la más pura realidad porque fue la primera vez que conocimos juntos un nuevo Parador.
Por esta bella razón, la experiencia se llenó de miles de simbolismos, con recuerdos imborrables que se nos quedaron en el corazón grabados para la posteridad, gracias mi vida, por esta vida llena de felicidad plena y milagros permanentes.
En las próximas entregas abordaremos las nuevas aventuras invadidas de nobleza en los Paradores de Teruel y Cuenca, ya se enteraran queridas amigas, apreciados amigos, distinguidas lectoras, insignes lectores, si nos obsequian el honor de su amable atención....
Continuaremos el próximo sábado.
Hasta siempre, buen fin.