El gobierno que concentra el poder político y que ha eliminado los contrapesos internos, de repente tropieza consigo mismo. A continuación, describo seis indicadores de cómo Palacio Nacional se socava a sí mismo.

1.      La narrativa del monopolio político.  Acostumbrado a escuchar sólo su propia voz y la de sus aduladores, le resulta muy difícil aceptar que haya voces disidentes.  Esta narrativa conduce a llamar ‘manipulados por la derecha internacional' a manifestantes de pensamiento autónomo. No quieren ver que estamos ante ‘una multitud que ya no acepta un guión único’: .  

2.      La falta de autocrítica.  Si los muertos se acumulan y la economía no crece, es culpa de Calderón y de los tecnócratas que lo antecedieron. Si el sistema de salud público continúa sin medicamentos, es culpa de los corruptos de antes.  Si la muy pobre educación impartida a niños y jóvenes en la ‘nueva escuela mexicana’ hace que reprueben matemáticas, ciencias y comprensión de lectura, es culpa de la larga noche neoliberal. Siete años después de tomar el gobierno, no son capaces de asumir sus responsabilidades.

3.      Las resistencias internas y las redes de complicidad con el crimen.  Las operaciones antinarco y antihuachicol emprendidas por Harfuch han sido exitosas.  Sin embargo, parecería que las contradicciones internas en el gobierno se están decantando por salvar el cuello de los altos funcionarios y políticos encumbrados. ¿Puede Morena ganar elecciones en Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas, sin el dinero del narco y el crimen organizado?

4.      ‘Morenistas que no acatan los principios de austeridad, honestidad, buen gobierno y primero los pobres’, en palabras de Clara Jusidman:   Balconearon por lujos, excesos y abusos de dinero a los líderes morenistas en el Senado, en Diputados, en su partido político… y faltan por investigar sus relaciones peligrosas, pero continúan en sus cargos, marcados por la impunidad. Que se sepa, no les han abierto carpetas de investigación… en México.  

5.      Dejen de asustar a la inversión, les dicen hasta sus cercanos.  Desde 2018 son ya siete años de estancamiento del ingreso por habitante. Cae el consumo, y se desploma la inversión, por la incertidumbre generada por la reforma judicial y la eliminación de órganos autónomos. Más allá de las transferencias monetarias, se han entrampado en una incapacidad para generar la prosperidad sostenida.

6.      Maltrato a sus propios trabajadores.  Sólo en semanas recientes, trabajadores del magisterio, del Servicio de Administración Tributaria (SAT), del IMSS-Bienestar, del Poder Judicial, han protestado por la y la eterna falta de insumos y escasez de medicamentos en hospitales públicos, la precariedad laboral, el pago de sueldos con demora, la falta de certeza sobre sus pensiones, y los incumplimientos de sus condiciones generales de trabajo.

¿Impericia? ¿Ineptitud? ¿O la pesada herencia de su antecesor inmediato? Resulta paradójico que este gobierno todopoderoso se estanque en el continuismo, e incluso batalle para definir las señas de identidad de su propio proyecto político.  

Profesor asociado en el CIDE.

@Carlos_Tampico

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