La Liga MX está bastante bien organizada. Los calendarios se conocen de antemano, las reglas son claras desde el principio y nunca se modifican los estatutos en plena competencia. Todo lo anterior suena a una obviedad, pero basta con voltear hacia Argentina para darnos cuenta de que, en ese aspecto, aquí estamos en la gloria.

Dicho lo anterior, el futbol mexicano debe fomentar la mejora a nivel deportivo en la Primera División.

La Liguilla jamás va a desaparecer. Así que los románticos que sueñan con la competencia a puntos, que es la que verdaderamente premia al más constante, pueden esperar sentados. Pero la gran pregunta es: ¿Vale la pena que exista el Play-In?

Lo emocionante que resultan esas eliminatorias no puede ser el argumento para sostener la nueva instancia. Porque, si por eso fuera, por qué no agregar más fases de eliminación directa y listo.

Este semestre, otra vez, avanzaron a la Liguilla el séptimo y el octavo de la tabla. Entonces, ¿para qué carambas sirve esta fase adicional, si —al final de cuentas— van a jugar los cuartos de final los ocho primeros?, ¿para qué se aplaza una semana más el inicio de la Liguilla?

Si la respuesta es para que los equipos se recuperen de la crisis que provocó la pandemia, entonces estamos perdidos. Porque la pandemia terminó hace mucho y, por si fuera poco, el supuesto beneficio no es para todos; entonces, ese argumento pierde validez.

La única realidad es que el pegote llamado Play-In solamente provoca que el platillo principal de nuestro futbol inicie más tarde. Por supuesto, los que mejor semestre tuvieron, son los que resultan perjudicados, al tener que dejar de jugar durante casi 20 días. Evidentemente, la calidad se ha impuesto y los equipos de la parte alta, aquellos que sufren el parón, terminan por levantar el título de Liga.

Pero la realidad es que al aficionado le matan el momentum. Basta ver las pobres entradas que los tres partidos de Play-In presentaron la semana anterior, para darnos cuenta de que al fanático no le interesa ir a ver ese tipo de duelos.

El torneo que viene, por la cercanía del Mundial, no habrá Play-In. Entonces, ¿es fundamental o no? La verdad es que, si desaparece, nadie se va a molestar y el tema de las pérdidas ocasionadas por la pandemia, tal vez, ya quedó en el pasado (eso lo saben sólo los clubes). Quizá, el Play-In es sólo un pretexto para tener un ingreso más, pero el costo puede resultar muy alto, porque cada vez más gente se molesta con el formato de competencia en la Liga MX.

Adendum. Knut sigue creyendo que es broma que mañana se juegan tres partidos de Liguilla.

futbol@eluniversal.com.mx

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