¿Qué estarías dispuesto a hacer con tal de hablar o volver a ver a un ser querido que ya no se encuentra en este plano? ¿Accederías a pagar con tu vida o la vida de otros para mantener una última conversación con quién ya no está aquí?

En Háblame (2022) permutan los retos y su viralización llevados a cabo por adolescentes a algo más allá: contactar con espectros atascados en el limbo. Mia (Sophie Wilde) logra contactar con su madre quién le revela la verdadera causa de su muerte. Al mismo tiempo, por la culpa que siente al haber accedido a que Riley, (Joe Bird) el hermano de su mejor amiga “jugara” con estos espectros, intenta resolver la manera en que salga el ente maligno que se apoderó de su cuerpo que yace convaleciente en un hospital.

Mia menciona en algún momento que durante el ritual y la posesión se logra olvidar de todo, sintiendo y experimentando todas las emociones posibles, lo que puede explicar porque la intrigante expectación de los jóvenes que miran a través de las pantallas de sus celulares el “espectáculo”, por lo menos, hasta que las cosas se salgan de control.

En Haz que regrese (2025) Piper (Sora Wong) y Andy (Billy Barrat) después de la muerte de su padre quedan a merced de Laura, (Sally Hawkins) su madre adoptiva, quien esconde más de lo que imaginan: su dolencia por la trágica muerte de su hija y su propósito de recuperarla, cueste lo que cueste.

La psicología de Laura es apabullante; se van desenmascarando sus intenciones y con ellas, las siniestras estrategias para voltear todo a su favor y lograr la ruptura emocional de los hermanos, el declive emocional y mental que merma en Laura llega a escandalizar, incomodar, y al mismo tiempo, gesta una empatía por lo que se le fue arrabatado: el amor maternal.

Mia y Laura comparten en común el duelo no resuelto que las llevan a la autodestrucción y destruir a otros en aras de conciliar el anhelo de un reencuentro. ¿Qué tanto merecen la pena los sacrificios que se ven sumidas a hacer para traer de vuelta tan sólo la esencia de lo que fue ese padre, esa hija, y no un ser fortuito?

Cabe resaltar el uso de la discapacidad para enaltecer los picos de tensión y suspenso que caracteriza el terror —un recurso bastante gastado, pero que sí se utiliza con el miramiento adecuado, es decir, sin caer en la condescendencia ni utilizando al personaje como mero objeto utilitario sin motivaciones— puede generar un impacto oportuno y Haz que regrese lo consigue.

Los hermanos Danny y Michael Philippou no conceden sustos facilones o escenas grotescas arbitrarias, por el contrario, han demostrado ser propositivos en aspectos que van desde la puesta en escena, dirección de actores y maquillaje, adquiriendo una condensación palpable de los alcances en el género de terror.

Ojo Verité, reseñista, analista y crítica cinematográfica. Gestora cultural. @ojo_verite_

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