Los votos y los símbolos se expresaron y el martes 4 de noviembre surgió de nuevo una esperanza: al trumpismo se le puede derrotar en las urnas. Después de diez meses de destrozos y agresiones, de una ola que parecía incontenible, cuatro estados le pusieron un alto a Trump y generaron un cambio del clima político. Limitado, pero contundente.
La alcaldía de Nueva York sacó la cara con su nuevo liderazgo, Zohran Mamdani, que ganó la elección. No podía ser más antitrumpista: nació en Uganda, de padres de la India, una madre cineasta y un padre académico, musulmán, pertenece al sector de socialistas democráticos, fue apoyado por Bernie Sanders. Su agenda apunta hacia los cuidados infantiles, el transporte público gratuito, el congelamiento de rentas. Un joven de 34 años, con una amplia sonrisa y con un liderazgo incuestionable. Ha nacido una nueva estrella en el horizonte del Partido Demócrata de Estados Unidos. Vamos a ver qué logra hacer y cómo se enfrentará a la furia trumpista de restricción de fondos o posible asalto militar a la ciudad. En Nueva York gobernará el antitrumpismo.
Nueva Jersey (gobernada por un demócrata) y Virginia (gobernada por un republicano) son estados que ahora ganaron dos mujeres demócratas, Mikie Sherril y Abgail Spanberger. Las victorias cuentan, se trata de dos candidatas del ala moderada del partido azul, y suman sus victorias contundentes para la causa que canaliza el malestar por una presidencia que ha quebrado reglas, impuesto una voluntad autoritaria y generado consecuencias nefastas para la economía que ha debilitado; una política de polarización y odio y una persecución fascistoide de inmigrantes. El cuadro se completa en California donde los votantes aprobaron la Ley 50, para contrarrestar la estrategia del gerrymandering que hizo el republicanismo en Texas, vieja táctica para truquear los distritos electorales en favor de alguna fuerza política. La respuesta demócrata en California es un cara a cara en contra de una tramposa decisión trumpista. En suma, el 4 de noviembre las urnas de esos cuatro estados dijeron no al trumpismo después de diez meses de un gobierno que parecía no tener límites ni contrapesos, ese es el valor de estas elecciones.
El resultado en las urnas muestra una numeralia interesante en Nueva York: Mandani ganó con el 50.4% y tuvo más de un millón de sufragios; la participación fue de casi el doble de hace cuatro años; ganó de forma importante en barrios negros, asiáticos e hispanos, no así en los territorios blancos, donde su contrincante, Andrew Cuomo, logró vencer; el sector que más votó por él fue el de los jóvenes (18-29 años); Mamdani ganó en los sectores de menores ingresos (menos de 50 mil dólares), y también entre los de más ingreso (más de 100 mil dólares (El País, 5/11/2025, Lllaneras, Casse y Grasso).
En Nueva York el triunfo de Mamdani se ha vivido como una forma de resistencia, sobre todo frente a las amenazas de Trump de retirar fondos federales. Ante el bajísimo apoyo del candidato republicano, Trump decidió apoyar al viejo demócrata Cuomo, que jugó como independiente, pero fracasó en su intento de regresar a la vida política. Las dos gubernaturas que ganaron los demócratas, Virginia y Nueva Jersey, pueden leerse como parte de la lucha bipartidista que existe en Estados Unidos. Pero el caso de Nueva York sí es un factor novedoso. Se ve que las redes sociales, las decenas de voluntarios de la campaña, la agenda de proyectos de bienestar, han superado los estereotipos en los que ha quiso encasillar el trumpismo al candidato vencedor. Los símbolos y el carisma de Mandani se han llegado a comparar con el fenómeno que representó en su momento Barack Obama, cuando en la convención del Partido Demócrata de 2004 pronunció un discurso que le dio una enorme popularidad. En ese momento se presentaba como candidato a senador por Illinois. Sin pretender que esta situación sea similar, hay que reconocer que este tipo de políticos carismáticos no surgen muy seguido, y es difícil saber el alcance que pueden llegar a tener en un futuro próximo.
Sin duda, los contrapesos que abrieron las urnas dibujan ahora un escenario diferente para las elecciones intermedias de 2026. Los demócratas regresaron a la cancha…
Investigador del CIESAS. @AzizNassif

