El destape del que puede ser el operativo de corrupción más grande en décadas ha cimbrado al país. Llamado “huachicol fiscal”, es decir, contrabando de energéticos, gasolina y diésel, que pasa como si fuera otro líquido, y que es una forma de evasión fiscal que desangra al Estado mexicano de forma muy importante.
No es exagerado afirmar que se trata de un deslinde muy importante de este gobierno respecto al sexenio anterior. La importancia del caso afecta de varias formas a las estructuras de poder económico y político. Se muestra cómo varias de las tesis de AMLO eran completamente falsas. El tamaño del golpe es de tal magnitud que no se sabe hasta dónde van a llegar todos los procesos que se desprenden de esta decisión.
1.- Golpe y freno. Desde el poder se emiten las órdenes para detener al primer grupo de implicados en donde destacan dos sobrinos políticos del almirante Ojeda, anterior secretario de Marina, además de varios empresarios y otros funcionarios. En la conferencia de prensa del domingo 7 de septiembre se trata de contener el duro golpe y dejar fuera a Ojeda, porque se aprecia que con él se llegaría hasta arriba, es decir, al propio AMLO. Ha circulado información sobre el enorme poder de los sobrinos Farías Laguna (uno detenido y el otro prófugo), para hacer, mover, promover y realizar el contrabando. Será difícil saber hasta dónde llegarán las investigaciones y sus consecuencias.
2.- Aplausos y presiones. Sin duda, la presidente Sheinbaum ha tomado una decisión muy importante que apunta hacia varios lados, uno es recuperar esa enorme fuga de recursos que circulan por las aduanas y puertos del país, recursos que pueden destinarse para obras y programas gubernamentales. Además, hacer este operativo sí la ubica en otro lugar político al de su antecesor, quien frente al caso Segalmex protegió a la cabeza (Ignacio Ovalle) y le dio otro puesto. Al mismo tiempo, se tendrá que valorar el factor Estados Unidos que ha generado una presión continua al gobierno actual, con lo cual es válido preguntar qué tanto influyó el vecino para dar el golpe.
3.- Una red enorme criminal. Cada día que pasa se revela nueva información que hace más complejo el caso. Si este expediente empezó en marzo pasado con el buque Challenge Procyon que llegó a Tamaulipas, ya se sabe que hay ocho puertos y al menos unas 555 empresas dedicadas al negocio del ese contrabando fiscal (EL UNIVERSAL, 11/09/2025). Como una telaraña este contrabando ha conectado con otros delitos y redes del crimen organizado, por ejemplo, se había informado que junto con el contrabando de combustibles se hacía tráfico de armamento (EL UNIVERSAL, 10/09/2025). En el paquete van empresarios y políticos ligados al crimen organizado (El País, 11/09/2025). Se trata de lo que Jacobo Dayán denominó como redes de “macrocriminalidad”, y una “empresa criminal continua”
4.- Marinos y militares. AMLO decidió empoderar a las fuerzas armadas y encomendarles decenas de tareas que hacían los civiles, desde la seguridad hasta las aduanas y los puertos, porque los civiles eran corruptos. La Marina, una institución que goza de todo el apoyo popular y la confianza de Estados Unidos se ha visto comprometida con este caso. En el fondo el problema apunta a un sistema de regulación, contrapesos, vigilancia y mucha tecnología, porque es falsa la tesis de AMLO de: si el presidente es honesto, toda la estructura se comporta de esa forma. No se trata de personalidades y culturas, sino de instituciones y sistemas de regulación. AMLO acabó con el sistema anticorrupción, y en este caso puede estar una parte de las consecuencias. Se sabe, por experiencias, estudios y diagnósticos, que las aduanas en México han sido y son espacios particularmente vulnerables para la corrupción.
Cuando se empiezan a juntar las piezas del entramado de corrupción que se da en el país, se ve que la política y la economía siguen completamente entretejidas y que no fueron separadas, como dijo AMLO. Quizá ahora lo que quiera hacer la presidenta sea separar los dos espacios respecto del crimen organizado. Si estos operativos llevan años, lo cierto es que no se hizo nada para detenerlos; las auditorías no vieron nada, tampoco la fiscalía, ni la UIF. ¿Hasta dónde llegará este gobierno?
Investigador del CIESAS. @AzizNassif