A una semana de las afectaciones por las lluvias, los habitantes de Álamo Temapache batallan para reponerse del peor desastre natural de los últimos 26 años, y algunos, como el profesor Armando Cruz, analizan vender su casa porque una tercera tragedia podría ser fatal para su familia.
No lo ven fin al agua y lodo que continúan sacando de sus casas todavía inundadas, algunos con ayuda del Ejército, Marina y la Guardia Nacional, pero no se rinden porque muchos de ellos consideran lo sucedido como una prueba que Dios les puso y otros por las consecuencias del cambio climático.
De las 51 colonias de la cabecera municipal, 48 siguen "siniestradas", a decir de la presidenta de la localidad veracruzana, la morenista Blanca Lilia Arrieta Pardo, a quien la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejó plantada ayer durante su breve estancia por el centro de Álamo, municipio que visitó por primera vez y en el que platicó con familias y comerciantes damnificados.
Dania Mitzel Sánchez López, habitante de la colonia Gabino González, asegura que los alamenses están ya cansados de jalar tanto lodo, y no le ve fin.
"Estamos cansandos de estar jalando tanto lodo, yo ya me desesperé, no lo veo fin. Ahora imagínate los que tienen agua todavía en su casa", dice sentada en la entrada principal del albergue "Enrique C. Rebsamen", en la comunidad Pueblo Nuevo.
Maestra de primaria, acudió para conseguir gasas para curar a su mamá, quien se cortó un pie al tratar de rescatar un refrigerador de la inundación en su restaurante.
Dania Mitzel señala que después de una semana de lo sucedido, ahora vienen las infecciones por el encharcamiento del agua, los animales muertos, moscos y la basura acumulada que ya se empiezan a acumular en las calles porque los servicios de limpia de la localidad está colapsados.
Continúan los labores de limpieza
En la colonia Francisco I. Madero, Armando Cruz Francisco, presenta un cansancio acumulado por la limpieza de muebles y el retiro de estufa, refrigerador y electrodomésticos que quedaron inservibles por la inundación derivada del desbordamiento de los ríos Pantepec y Vinazco.
Desde las ocho de la mañana , inicia con su esposa las labores de limpieza en su casa, que a una semana de la tragedia registran un avance de casi 60%.
"Por la labor de limpieza principalmente, lo que hay es cansancio y ya estamos batallando bastante; sin embargo, no nos rendimos seguimos en la lucha para tratar de levantarnos de esta tragedia".
Es la segunda ocasión que el profesor de una secundaria de Coatzacoalcos, le toca vivir una catástrofe de este tipo; la primera fue en 1999 cuando el agua de la lluvia le llegó a 30 centímetros abajo de la puerta de su hogar.

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Ante estas circunstancias, señala que su mamá, dueña de la casa en la que vive con su familia, quiere vender porque una tercera tragedia como que la viven podría ser fatal.
"Tal vez a la tercera, llegue el cambio climático más arriba de lo de hoy y pues ya nos da un poco de miedo ante la situación. Gracias a Dios no tuvimos aquí decesos de vecinos, todos nos encontramos, pero sí hay colonias donde sabemos que hay gente que desapareció y todavía no encuentran", comenta mientras saca el lodo de su casa con un azadón.
"Gracias a Dios estamos vivos, es lo que cuenta, los años de esfuerzo tendremos que levantarnos, trabajar y echarle más ganas para volver acondicionar la casa como está ahora", agrega.
Espera que los apoyos lleguen para que puedan recuperar, dice, lo primordial que perdió por las lluvias intensas.
Alicia de la Cruz Hernández, ve un panorama desolador en su querido Álamo Temapache, la capital de la naranja en donde los camiones cargados con la cosecha del cítrico comenzaron ya a salir del municipio para su venta.
Asegura que los habitantes andan metidos de lleno en la limpieza de sus casas y en recuperar lo que pueden de sus pertenencias, que hasta la noción del tiempo perdieron.
"Andamos en la limpieza, ya la empezamos pero aún no terminamos todavía. Ya no se ve tan sucio porque entre todos unidos estamos sacando el lodo, entre vecinos".
Acompañada de su vecina, Magali Cruz, la señora Alicia afirma que después de que "pase este bello torbellino de Dios ", va hacer un mole para su familia y vecinos.
"Ahí tengo tres gallinas y un gallo bien bueno, y le digo a los vecinos vamos a matar pollos y a comer en nombre de Dios. A cada quien le voy a dar un platito porque Dios es generoso. No lloren ni se revuelquen en contra de Dios porque Dios es generoso
Por su parte, la señora Magali Cruz refiere que sus maridos se quedaron sin trabajo, descalzos y a duras penas encontraron chanclas que dejó el agua en sus hogares.
Comunidades incomunicadas
En las comunidades incomunicadas, los habitantes claman por ayuda, como Rey Trinidad Baltazar López, de Tecomajapa, un poblado del municipio de Zontecomatlán, que quedó bloqueado por la tragedia en el norte de Veracruz.
"Necesitamos que nos apoyen, nuestras familias del pueblo de Tecomajapa ya no tenemos alimentación para nuestros niños".
Desesperado, afirma que están batallando para salir por alimentos, pues se encuentran encerrados.
"No tenemos nada en nuestras cocinas, no tenemos nada para el sustento familiar, por lo que necesitamos que la presidenta Claudia Sheinbaum nos apoye y también le pedimos a la gobernadora que nos tome en cuenta porque el pueblo de Tecomajapa se encuentran muy abandonado y pobre, con extrema pobreza y pedimos que nos tomen en cuenta", señala.
sg
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