
Al exigir justicia para Diana y María, quienes fueron brutalmente golpeadas, insultadas y amenazadas de muerte por un vecino en la Ciudad de México, cientos de mujeres tomboy, lesbianas, bisexuales, transexuales, queer y no binarias se adueñaron de las calles para condenar los ataques de odio hacia ellas, que muchas veces culminan en asesinatos.
Tomadas de la mano, con carteles que exigían visibilidad, inclusión y respeto, entonaron consignas como: “¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las lenchas en la cara de la gente!”, para dar inicio a la quinta edición de esta movilización, enfocada en mujeres de la diversidad sexual de todas las edades.
“En 2024 se han registrado al menos 60 transfeminicidios en nuestro país y, sin lugar a dudas, la ausencia de datos sobre agresiones y muertes de personas no binarias deja al descubierto una realidad alarmante. Nuestras vidas siguen siendo negadas, omitidas y silenciadas por todo ello, nuestra agenda debe ser atendida con urgencia, seriedad y compromiso, compromiso real”, demandaron.
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Condenaron actos de lesbofobia y de todas las lenchitudes “sistemáticamente violentadas”. Por varias horas, tomaron el micrófono para denunciar crímenes de odio, los cuales le han arrebatado la vida a decenas de mujeres lesbianas y transexuales en México.
“Marchamos por quinta vez en la Ciudad de México para exigir vidas dignas, llenas de respeto, libres de violencia, de invisibilización, discriminación y lesbo, bi, trans, NB, fobias y otros discursos de odio. Marchamos también para celebrar nuestras existencias a través del goce, del placer, del arte y el uso del espacio público. Gritando fuerte y claro: ‘¡Las calles son nuestras!’”, expresaron.
Indicaron que las políticas públicas han excluido sus realidades en temas de salud, vivienda, trabajo, medio ambiente y derechos políticos, entre otros: “Porque las violencias y opresiones que enfrentamos las lenchitudes no cesan”.
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En días pasados, activistas entregaron la Agenda Lencha a Hilda Tellez, secretaria técnica de la Unidad de Atención a la Diversidad Sexual, de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, con el objetivo de que sus demandas sean escuchadas, valoradas y atendidas, pues merecen espacios seguros, recursos suficientes y políticas públicas que las respalden y dignifiquen.
En tanto, Diana y María contaron el ataque que sufrieron hace semanas, cuando un vecino las amenazó de muerte, golpeó y aventó de las escaleras de su edificio mientras les gritaba “pinches marimachos, no la van a contar”. Hasta ahora, se sienten desprotegidas y con miedo, por lo que mujeres manifestantes les dieron su apoyo.
“Nuestros agresores siguen ahí, impunes, y cada visita para alimentar a nuestros gatitos se convierte en un riesgo. A pesar de todo seguimos resistiendo a pie de lucha, y afortunadamente no estamos solas, contamos esto no sólo para ser escuchadas sino para exigir que no quede impune porque esto es lesbofobia, violencia estructural y porque queremos justicia, queremos vivir”, expresaron las manifestantes.
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Al mediodía de este sábado 21 de junio, la Marcha Lencha inició rodeando un Ángel de la Independencia bardeado y alejado de las miles de mujeres que integran la comunidad LGBTIQ+, a diferencia de la marcha anual del orgullo, cuando hay mayor disposición de las autoridades capitalinas.
“¿Qué pasa con el Ángel de la Independencia?, ¿por qué otra vez estamos siendo dejadas de lado? Somos una ciudad LGBT friendly, pero esa “L” no se ve representada. Sentimos mucho orgullo de nosotras, de nuestra resiliencia, pero estamos llenas de rabia, indignadas de lo que ha sido el proceso para poder llegar hasta aquí”, lamentó la activista Ana de Alejandro.
La también fundadora de la Red de Madres Lesbianas en México dijo que desde febrero ingresaron oficios para la organización de esta marcha; sin embargo, la respuesta de las autoridades no fue la más oportuna, a pesar de contar con tres mujeres de la comunidad en secretarías.
La marcha culminó con decenas de actividades en el Monumento a la Revolución. Hubo historias y talleres, algunas tomaron cursos, otras cuidaron de su salud sexual al realizarse pruebas gratuitas. También lloraron por el odio, por su resistencia y por el valor al denunciar que son víctimas de varios tipos de violencia sólo por ser mujeres de la diversidad.