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Los pueblos indígenas, en su mayoría de Oaxaca, ungieron en el Zócalo a su hijo predilecto, Hugo Aguilar Ortiz, el segundo presidente de origen indígena de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la historia del país, a quien le entregaron el bastón de mando al igual que al resto de los nuevos ministros que asumieron el cargo, a excepción de Arístides Guerrero García, quien convalece por un accidente automovilístico.
En una ceremonia tradicional, representantes de pueblos originarios y afromexicanos celebraron que después de 167 años regresó al Máximo Tribunal uno de los suyos, originario de San Agustín Tlacotepec, Oaxaca, al que ovacionaron, apapacharon y compararon con Benito Juárez, el primer titular indígena de la Suprema Corte.
Entre aplausos y porras, médicos tradicionales realizaron un ritual de “purificación” de los ministros Hugo Aguilar Ortiz, Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, María Estela Ríos González, Giovanni Azael Figueroa Mejía, Irving Espinosa Betanzo y Sara Irene Herrerías Guerra, para que salgan adelante y sean protegidos de cualquier energía negativa.
“Pedimos a nuestros ancestros que guíen el camino con el permiso de los guardianes del universo, de los guardianes de los que cuidan y guían este México hermoso. Es el momento del cambio, es el momento de que la historia de México va a iniciar su camino, su trayectoria. Hermano Hugo, pedimos que, con todo respeto, nos permita guiar esta ceremonia y reciba de las manos de nuestros abuelos, de las manos de nuestros pueblos y de nuestras comunidades esta purificación para que usted salga adelante y que si hay alguna energía negativa sea anulada y quede usted libre”, dijo Teresa de Jesús Ríos, representante del pueblo mazateco, quien dirigió la ceremonia de purificación.
Luego, los representantes indígenas entregaron el bastón de mando a cada ministro, que representa justicia, diálogo y servicio en los pueblos y comunidades. En este acto, Crisóforo Valenzuela Almada, de la etnia yaqui, afirmó que México fue testigo de un hecho sin precedente con la llegada del segundo indígena a la presidencia de la Corte.
Valenzuela Almada señaló que los pueblos indígenas son los olvidados que tienen “sed y hambre de justicia; aquí estamos presentes una parte de ellos”.
A la entrega de bastones de mando y servicio a los nueve ministros electos se dieron cita más de 500 personas de cerca de 70 pueblos originarios del país, quienes denominaron la ceremonia como el “reencuentro de la justicia con los pueblos indígenas y comunidades afromexicanas”.
En la ceremonia, Hugo Aguilar habló, por primera vez, ante el Zócalo capitalino, plaza histórica de la izquierda, y desde ahí prometió un Poder Judicial sin corrupción, nepotismo ni privilegios.
Afirmó que sin la reforma judicial los pueblos indígenas no contarían con la presencia que hoy tienen.
Se autonombraron como “los ministros del pueblo, porque hemos cumplido y estamos aquí por el mandato de la Constitución”.
Por la mañana, Aguilar Ortiz acudió a la zona arqueológica de Cuicuilco, en el sur de la Ciudad de México, para participar en una ceremonia de purificación de los bastones de mando que les fueron entregados.